Pantanos y desiertos
En El País –también en Público, pero nos interesaba más la crónica prisaica– daban cuenta de la reunión de José Luis Rodríguez Zapatero,
ese hombre que pasará a la historia,
con Gadafi
para cerrar la crisis de los visados.
El texto indicaba que el encuentro tuvo lugar
“en medio del desierto,
rodeados de camellos
pero también de parabólicas
y aparatos de aire acondicionado”.
¡Así cualquiera!
Para rebajar la temperatura,
en las mismas páginas de ese rotativo
aparecía Fernando Vallespín,
catedrático y ex director del CIS,
que se ponía optimista al considerar que Zapatero
“casi ha recuperado la iniciativa”.
Pero que nadie se llame a engaño
porque “al Gobierno le queda por atravesar todavía
un terreno pantanoso y plagado de peligros”.
Lo dicho:
optimismo puro.
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