miércoles, 3 de diciembre de 2008

6- DEBATE PARLAMENTARIO EN EL QUE EL PARTIDO POPULAR Y EL PSOE RECHAZARON EL PRIMER PROYECTO DE LEY SOBRE "VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO" - 6

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Por el Grupo Socialista, señor Jáuregui.

El señor JÁUREGUI ATONDO: Señor presidente, señoras y señores diputados, bienvenidos invitados de la recuperación de la memoria histórica.

Hace solo unas horas charlaba con un productor cinematográfico español, se llama Elías Querejeta, ustedes le conocen. Él está preparando una película sobre la guerra civil española y me decía que cada vez que ve las imágenes del documental que trata para hacer este film se queda más impresionado por la enorme dureza de las imágenes de todo lo que fue la guerra y la represión posterior. Estamos hablando, efectivamente, de una herida que sigue presente en la piel de España, y no puede ser para menos porque tres años de guerra, más de un millón de muertos, hermanos contra hermanos, guerra que cabe calificar de ideológica o de territorios, o de religión, de todo, represión posterior, dictadura, cuarenta años de opresión a las personas, a los pueblos, a los derechos y a la libertad en suma, pesan sobre la piel de España, como una herida que sí queremos cerrar y que hemos cerrado, pero que ha dejado una cicatriz y que está presente en nuestra piel. Hay una actitud política frente a esta realidad que en gran parte ha expresado la última parte de la intervención del señor Atencia y que, con todo respeto, querría rebatirla.

No cabe enfocar este hecho absolutamente dramático de nuestra historia bajo el criterio de que aquello ya pasó, de que todos sufrimos, o que la culpa fue de todos, o que el pacto constitucional cerró esa página de nuestra historia, porque eso no es verdad. Por cierto, si hablamos de revisionismo histórico yo tengo que denunciar aquí la aparición cada vez más rampante de una versión que trata de culpar a la República de la guerra. Yo tengo que decir, señoras y señores diputados, en nombre del Grupo Socialista, que esa sí que es una manipulación histórica impresentable e intolerable, y que se parece mucho a ese revisionismo histórico con el que determinados funda-mentalismos, bien de extrema derecha, o bien, por ejemplo, islámicos, en este momento pretenden cuestionar la realidad del holocausto contra el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial. Aquello es tanta manipulación histórica y tanto revisionismo histórico falso y manipulador como esta pretensión de culpar a la República de nuestra guerra civil. Por eso no es superfluo en este 70 aniversario que celebramos en este año en esta Cámara y en esta ocasión proclamar, primero, que en España hubo una sublevación militar contra la democracia y contra el pueblo hace 70 años. Esa sublevación fue ilegal e ilegítima y provocó una guerra civil horrible. (Rumores.) Por favor, no hagan burla con estas manifestaciones, porque no merecen burla, señores diputados del Grupo Popular. El ejército ganador de esa guerra instauró un régimen de represión cruel contra los perdedores de la guerra (Rumores.): exilio, fusilamiento, cárceles, campos de concentración, etcétera. La dictadura instaurada con la victoria militar duró 40 años, hasta que murió Franco y fue posible la transición a la democracia. Quienes ganaron la guerra, honraron a sus muertos, compensaron a sus víctimas; quienes perdieron no pudieron hacerlo. Una parte del país se acomodó al régimen y otros lucharon para que acabase y volviese la democracia, entre otros los comunistas españoles, que también lo hicieron antes que muchos (Aplausos.), y quien diga lo contrario de esta verdad histórica o insinúe o quiera sugerir lo contrario sencillamente es un mentiroso. (El señor Aragonés Mendiguchía: Yo digo lo contrario.—Rumores.) Estos son los hechos… (Rumores.)

El señor PRESIDENTE: Por favor, señor Jáuregui.

Señor Aragonés, le ruego que no inicie un diálogo desde las bancadas. Simplemente escuchen cada uno los argumentos del otro, pero no inicien diálogo desde la bancada, se lo ruego, por favor.

El señor JÁUREGUI ATONDO: Gracias, señor presidente.

Esos son los hechos, señorías. Es cierto que hay otro hecho que es también verdad, y es que hicimos una transición a la democracia a través de un pacto de perdón (he dicho de perdón, no de olvido), a través de una reconciliación y de un consenso político para transitar a la democracia. Señorías, han pasado 30 años desde entonces, y poco a poco la democracia fue restañando muchas de esas heridas, compensando a muchas de las personas o de los colectivos que en el bando republicano había sufrido: los que murieron en la guerra, los militares a los que se les reconoció su grado militar, los mutilados en la guerra, quienes sufrieron represión en cárceles o campos de concentración, los niños de la guerra, etcétera. La primera pregunta surge hoy en este debate. ¿Es que quedan deudas pendientes? ¿Es que la democracia española tiene todavía deudas con los supervivientes de la guerra y de la represión? La respuesta del PSOE es que sí y que quedan cosas por hacer. La segunda pregunta que hay que hacerse es: ¿Debemos abrir, debemos abordar estas cuestiones? ¿Al hacerlo abrimos alguna herida que pueda resultar peligrosa para nuestra convivencia? Nuestra respuesta es que no abrimos nada, porque lo que estamos haciendo es responder con la justicia a una demanda pendiente. En junio de 2004 este Parlamento se comprometió a ello.

Quiero reconocer aquí que el Gobierno, a quien remitimos una petición de toda la Cámara, excepto del Grupo Popular —que no se opuso, por cierto, señor Atencia, porque se abstuvo, y con eso dejó la puerta abierta a un consenso que yo quiero formalmente reclamar en esta materia—, en el mes de septiembre creó una comisión interministerial. El Gobierno está realizando un trabajo que me atrevo a calificar de minucioso e ingente, porque ha habido que hacer muchas consultas con muchas asociaciones, con muchos expertos, con muchos ministerios, para hacer un informe que el Gobierno debe a esta Cámara. La tercera pregunta que surgía era precisamente si esta respuesta a estas deudas pendientes tenemos que hacerla unos contra otros o todos juntos; esta es la cuestión. La respuesta de nuestro grupo es que esto hay que hacerlo entre todos, no unos partidos respecto de otros (Aplausos.), sino toda la Cámara, todos los partidos políticos de este país, todo el arco parlamentario unido para dar justicia a una demanda justa.

El Gobierno —quiero decirlo aquí— no ha cumplido sus compromisos. Tengo que reconocerlo porque es la verdad, pero tienen que comprender también que ha habido, como he dicho antes, una tarea inmensa, un recorrido y un trabajo ingente y minucioso de multitud de encuentros, de atención a multitud de reivindicaciones personales y colectivas. El Gobierno prepara un informe que traerá a esta Cámara y que incorporará derechos económicos y compensaciones a colectivos afectados, exhumaciones de restos humanos ocultos, recuperación de la dignidad de quienes sufrieron penas y sanciones dictadas sin justicia y sin una garantía penal mínima, y acceso documental a distintos archivos. El presidente del Gobierno anunció el pasado día 10 de febrero un paquete de 28 leyes que llegarán a este Congreso en este periodo de sesiones y, entre ellas, estará esta.

Para finalizar mi intervención, señorías, les anuncio que el Gobierno va a cumplir su compromiso, y se lo digo a todos los grupos para que tomen su decisión respecto a la toma en consideración de esas proposiciones de ley a la vista de este compromiso que, formalmente y mucho más que yo, ha asumido el presidente del Gobierno. Habrá informe del Gobierno, habrá ponencia y habrá ley de memoria histórica en este país. (Aplausos.) Los habrá, pero vamos a hacerlo bien, señorías, vamos a hacerlo entre todos. Señor Tardá, no es justo que si yo le pedí hace poco menos de un año a Convergència i Unió que retirara su proyecto de ley —que lo tenía— sobre esta materia, a la espera del informe del Gobierno, hoy tenga que pedirle que vote su propuesta cuando sigue a la espera del proyecto del Gobierno. Es elemental hacer esa espera, porque este proyecto de ley hay que hacerlo por consenso, repito, no con el protagonismo de unos partidos sobre otros, no de unos partidos contra otros, sino entre todos. Proclamo solemnemente la voluntad del Partido Socialista de que sea posible un consenso, inclusive de que el informe del Gobierno se convierta en una proposición de ley unánime de esta Cámara para poder compensar a las víctimas de la dictadura y recuperar la memoria histórica.

Termino, señorías. Habrá informe del Gobierno, y lo haremos de manera que no haya heridas ni afanes vengativos, sin sectarismos ni partidismos, sin trasladar al presente viejas divisiones que la sociedad española ni quiere ni admite hoy: lo haremos con una mirada franca y abierta a la verdad de nuestra historia y a la justicia con sus víctimas; lo haremos porque estamos convencidos de que la recuperación consensuada de nuestra memoria histórica nos hace más fuertes en los fundamentos de nuestra democracia, porque el conocimiento de los hechos y el reconocimiento del pasado no ofende, sino que hace grande la verdad. La historia, señorías, no daña a los pueblos; los corrige y los ayuda a evitar repetir errores. Las heridas curan con la verdad y con la justicia y no con el ocultamiento y con el olvido. Habrá ley de memoria histórica, señorías, porque la van a impulsar el Gobierno y el Partido Socialista.

Muchas gracias. (Aplausos.)

El señor PRESIDENTE: Gracias.

*Fuente: Diario de sesiones del Congreso de los Diputados, Pleno y Diputación Permanente, VIII Legislatura, Diario núm. 152, Sesión plenaria 141 de 21feb06

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