sábado, 4 de julio de 2015

11-M: COPIADO DEL BLOG 192 PREGUNTAS - 12 a 19

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martes, 9 de octubre de 2007


19. El crackeador de móviles.


¿Qué pasó con Sofian E. P.?

Por si alguien no lo sabía, la Policía tomó declaración en los primeros días posteriores al 11-M, concretamente la tarde-noche del 13 de marzo, a una persona que se dedicaba a crackear   teléfonos móviles.

Los conocimientos de un experto en esta área son de suma importancia cuando se trabaja con teléfonos móviles, ya que crackear un programa informático es modificarlo para salvar, eliminándolas, las barreras de protección establecidas por el fabricante original. Los crackeadores son un subgrupo dentro de los hackers, ya que su labor tiende unas veces al beneficio propio y otras a perjudicar a los crackeados. Como los terminales telefónicos funcionan, entre otras cosas, gracias al software informático que incorporan, es necesario un experto en crackear programas para poder modificarlos.

Nacido en Trípoli, Libia, hijo de libio y española, estudiante de electrónica, llevaba en España desde 1998 y él mismo dijo a los policías que sabía crackear móviles, que bajaba programas de Internet y les enseñaba a manejarlos a los empleados del locutorio-tienda Meditel, que estaba en la calle Almansa, número 10 de Madrid. También dijo que sabía cómo hacer un móvil con piezas de otros.

Pese a todo ello, pese a la cantidad de conocimientos que decía tener, a los cursos de informática e Internet que había realizado y a la cantidad de cosas que decía que sabía hacer con los teléfonos móviles, su declaración es un cúmulo de ausencias.

De ausencia de preguntas, claro está, a cual más obvia. Y, como consecuencia de ello, de ausencia de respuestas que nos gustaría haber tenido de primera mano.

¿No se le preguntó nada más?, ¿ni por los programas que utilizaba para el crackeado?, ¿ni en qué ordenadores los había cargado?, ¿de quien o quienes eran esos ordenadores?, ¿ni cuando?, ¿ni cuanto cobraba por eso?

No, no se le preguntó por ninguna de esas cosas. Tampoco se le preguntó si alguna persona entró en contacto con él para realizar esta tarea, ni a quienes conocía en el barrio de Lavapiés. Su declaración ocupa menos espacio que el dedicado en esta bitácora a explicar su presencia en el Sumario.

Curiosamente, dijo que había dejado su trabajo, en el que llevaba desde el año 2001, el lunes 8 de marzo, la misma fecha en la que dejaron sus trabajos y/o domicilios: Abdelmajid Bouchar (quien escapó a la carrera del piso de Leganés, detenido en Belgrado en 2005 y ahora procesado como autor), Mohamed Belhadj (huido, con Orden Europea de Detención en vigor), Said Berraj (huido, con Orden Europea de Detención en vigor), Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet "el Tunecino" (muerto el 3 de abril del 2004 en Leganés), Allekema Lamari (quien se despidió telefónicamente de varias personas y realizó unos envíos de dinero por giro postal antes de morir el 3 de abril del 2004 en Leganés), Hassan El Haski (responsable del GICM y también ahora procesado), Abderraman Hammadi (quien marchó ese día a Francia).

La empresa en la que trabajaba Sofian, Niágara Comunicaciones, estaba en la misma calle y casi frente por frente de lugar donde se encuentra la Dirección General de la Policía… y se dedicaba a música de relajación.

miércoles, 3 de octubre de 2007


17. La UCO y Rafá Zouhier (I).

¿Por qué desestimó la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil la información que Rafá Zouhier les proporcionó en los primeros meses del 2003?

La UCO controlaba a Zouhier desde hacía tiempo, concretamente desde el mes de noviembre del 2001. El informador primero comunicó a su controlador, "Víctor", que había un tipo que quería vender 150 kilos de explosivos. Poco después, y tras varios contactos, con el tipo que quería vender los explosivos ya plenamente identificado, en el mes de marzo del 2003 Zouhier consigue entregarles a sus controladores una muestra de Goma 2.

La propia Guardia Civil confirmó que, efectivamente, el explosivo era dinamita Goma 2.

Entonces los superagentes de la UCO desecharon esa información considerando que la muestra era "insuficiente y caducada", y que "quién realmente quiere vender 150 kilos de explosivos ofrece una muestra de más calidad y en más cantidad", según manifestaron en sus declaraciones judiciales y en sus testificaciones en el juicio.

No sólo eso, según ellos mismos dicen, abandonaron a su informador por más de un año, hasta pasados los atentados de Madrid. Extremo éste que no es cierto, pero que no se ha investigado en el Sumario.

Luego, cuando todo empezaba a salir a la luz, trataron de pasar la responsabilidad sobre la información de los explosivos a la Comandancia de Asturias, a la que supuestamente derivaron la investigación en marzo del 2003.

Según los responsables de la UCO , Zouhier les habría ofrecido informaciones sobre temas como robo de joyerías y pequeños asuntos de robos de tarjetas; pero esto no coincide con lo que uno de los controladores declaró el 12 de mayo del 2004 en la Audiencia Nacional cuando dijo que la información que Rafá Zouhier proporcionaba era relativa a estupefacientes y explosivos.

Si la información era relativa a robo de joyerías y pequeños asuntos de robos de tarjetas, ¿cómo es posible que cuando informa sobre algo realmente importante, como era el tráfico de explosivos, sus controladores ¡pasen la información a la Comandancia de Asturias!?

No es creíble lo que dicen los responsables de la UCO. Ningún servicio policial central (como es la UCO) se queda con las informaciones de menor relevancia para investigarlas y entrega las más importantes a las Unidades de la periferia, ¿o es que había algún interés en que no se investigase ese tráfico de explosivos?

lunes, 1 de octubre de 2007


16. El falsificador de documentos.

¿Quién era el falsificador de documentos de esta célula terrorista?

En todo grupo terrorista que se precie tiene que existir una persona o un equipo de personas dedicado a proporcionar documentos falsos a los integrantes del mismo, y este no iba a ser menos.

En el Sumario 20/04 se ha procesado por falsificación de documentos a un par de sujetos sin trascendencia alguna, como Nousreddine Boussbaa o Mahmoud Slimane Aoun, mientras que la mención directa y concluyente hecha en el Sumario a una persona dedicada a estos menesteres ha sido pasada por alto.

El día 16 de marzo del 2004 una mujer acudió a la madrileña Comisaría de Carabanchel para denunciar que su marido, Azzedine A., un marroquí de 40 años, fotógrafo ambulante, había desaparecido de su domicilio el día 12 de marzo sin dejar rastro. Cuando decimos sin dejar rastro queremos decir, habiendo quemado dos días antes todos los documentos que tenía en su casa y que podían comprometerle, las fotografías en las que él aparecía, etc. y llevándose consigo todo el dinero que pudo (alrededor de 24.000 euros), su teléfono móvil y el de su mujer.

Esta mujer aportó a la Policía incluso números de teléfono móvil que su esposo tenía apuntados y algún dato más de interés.

Pocos días después, el 23 de abril, se supo ya que el desaparecido era conocido de Jamal Ahmidan, el cual le había conseguido algún trabajo esporádico como repartidor de propaganda, y también de Said Berraj (uno de los cuatro supuestos autores huidos hasta el día de hoy).

Su comportamiento la tarde del 10 de marzo, destruyendo material que le pudiese comprometer, no es una excepción, el mismísimo Rafá Zouhier hizo lo propio el día 12, deshaciéndose de libros de contenido integrista y alguna cosa más.

Pero así como a Rafá Zouhier lo hemos visto sentado en el banquillo, de Asedien A. no hubo más noticias en la instrucción de la causa.

viernes, 28 de septiembre de 2007


15. Las vainas de Leganés (II).



¿Cómo se explica que la Ertzaintza hiciese un estudio sobre un casquillo troquelado en su culote "SR-96" en relación con las lesiones que sufrió Larbi Raichi el 31 de diciembre del 2003 y el Cuerpo Nacional de Policía al estudiar el mismo casquillo y compararlo con lo recogido en Leganés lo mencionase como "SB 96"?, ¿estamos hablando de dos casquillos distintos?

Esta es una pregunta colateral a todo lo relativo a las armas de la célula terrorista y el 11-M, pero que surge a lo largo de la investigación, y merece ser explicada aquí.

No se trata de poner en tela de juicio la intervención de la Ertzaintza, para nada. Lo que se pone en tela de juicio es el material que estudiaron los expertos en Balística del Cuerpo Nacional de Policía, que les llegó de manera un tanto rocambolesca y cuyo informe está en el Tomo 82 del Sumario.

La secuencia de los hechos es la siguiente:

La noche del 31 de diciembre del 2003, delante del bar Tkikía, en la calle Pedro Martínez Artola, de Bilbao, un individuo dispara en la rodilla a Larbi Raichi, al parecer por una deuda de drogas.

En los primeros momentos la Ertzaintza realizó un informe, el I.P. 04/0068, sobre una bala disparada y "una vaina metálica con pistón percutido, con las inscripciones en el culote "SR-96-y una cruz dentro de un círculo [símbolo que indica que la munición está homologada para su uso por las fuerzas de la OTAN]", y en el mismo se decía que no era posible establecer relación entre la vaina y la bala, es decir, no podían determinar técnicamente que la bala y la vaina formaron en origen el mismo cartucho.

La víctima de los disparos hizo una ampliación a su denuncia el día 2 de abril del 2004, indicando que en el periódico El Correo del 1 de abril había visto una fotografía de la persona que le había disparado el 31 de diciembre, identificándolo como Jamal Ahmidan.

Por otro lado, en las labores de desescombro del piso de Leganés, la Policía encontraba en los primeros días de abril, entre otras cosas, dos vainas en cuyos culotes se leía "SB 9P 96" y una bala deformada, disparada.

Mientras tanto, la bala y la vaina recogidas por la Ertzaintza el 31 de diciembre fueron cedidas para estudio por la Guardia Civil a finales de abril del 2004, que informó a la Ertzaintza que no había relación entre ambas y los elementos "dubitados" existentes en la base de datos que tienen Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía.

Pocos meses después, en septiembre del 2004, tras noticias procedentes de la Brigada Provincial de Información de Bilbao y de la UCIE, finalmente, llegan a manos de los especialistas en Balística del Cuerpo Nacional de Policía en Madrid (según dicen ellos) 'UNA vaina metálica, percutida, de carácter "dubitado", troquelada en su culote: "SB 96"' y 'UNA bala blindada, disparada y deformada, por impacto o impactos de carácter "dubitado"' relacionadas con las diligencias de la Ertzaintza número 594D0400945 de Bilbao Comisaría, "recogidas en el exterior del bar Txikía", se supone que estos elementos son los vinculados con las lesiones por arma de fuego de Larbi Raichi el 31 de diciembre del 2003.

En la Comisaría General de Policía Científica, en Madrid, emitieron un informe el 21 de septiembre del 2004 en el que concluían que la bala y la vaina estudiadas, procedentes del asunto I. P. 04/0068 de la Ertzaintza estaban "relacionados con las dos vainas y la bala, ambas de 9mm. Parabellum,…" recogidos en el piso de "la calle Carmen Martín Gaite de Leganés (Madrid)." Es decir, tanto unos como otros habían sido disparados por la misma pistola.

De este modo, los expertos en Balística de la Comisaría General de Policía Científica unían el piso de Leganés con las lesiones sufridas por Larbi Raichi en Bilbao el 31 de diciembre del 2003, y de paso con Jamal Ahmidan (muerto en Leganés).

No tenían la pistola con la cual se efectuó el disparo, ya que en el informe de Policía Científica de Madrid se indica que entre los restos del piso de Leganés se recogieron, dice el folio 11962 del Sumario, dos subfusiles Sterling, un subfusil CZ, restos de una pistola del calibre 9mm. corto y el culatín de una segunda arma [corta] sin determinar.

Es decir, si la pistola con la que se dispararon la bala y las vainas encontradas en Leganés estaba en el piso, y la secuencia de hechos parece indicar que sí, entonces la pistola quedó destruida durante la explosión ocurrida en el piso.

Con todo esto resuelto, los problemas sobre el particular son meramente anecdóticos, por mucho que se haya querido escribir sobre ello.
a) Si el culote de la vaina que examinaron los expertos del Cuerpo Nacional de Policía dice "SB 96", y en él aparece el logo de la OTAN (la cruz dentro del círculo), esto quiere decir que los expertos de Madrid "olvidaron" incluirlo en su descripción de la vaina. Y se trataría, como ellos mismos dicen, de una munición española fabricada por la Empresa Nacional Santa Bárbara.
b) Si el culote que examinó la Ertzaintza ponía efectivamente "SR 96" además del logo de la OTAN, se trataría de una munición fabricada por laRoyal Ordnance Factory en una de sus factorías británicas, totalmente distinta a la fabricada por Santa Bárbara en el año 1996.

Pero hay un hecho indiscutible, la fábrica de la Royal Ordnance Factory dedicada a munición de pequeño calibre se encontraba en la localidad de Spennymoor, Condado de Durham, y era parte del esfuerzo del gobierno británico realizado durante la II Guerra Mundial. Esta fábrica en concreto estuvo activa entre 1941 y 1945, dedicada principalmente a la fabricación de componentes del cartucho del calibre .303 para el rifle MK, que no tiene nada que ver con el calibre 9 mm. Parabellum.

Por lo tanto, la Royal Ordnance Factory ni fabricó munición del calibre 9mm. Parabellum, ni podía incluir el logo de la OTAN (fundada en el año 1949) en el culote, con lo cual es imposible que la munición examinada por la Ertzaintza tuviese la leyenda "SR 96".

No queda otra opción que ver de nuevo las fotografías correspondientes al informe de la Ertzaintza que están en el Tomo 107, y donde los expertos de la Policía Autónoma Vasca dicen "SR 96" debieron decir "SB 96 y una cruz en el interior de un círculo".

miércoles, 26 de septiembre de 2007


14. Abu Hamza.

¿Quién era realmente "Abu Hamza"?

Abu Hamza es un nombre que aparece a lo largo del Sumario en varias ocasiones, y su importancia radica en que la Fiscalía intentaba demostrar que Abu Hamza era el responsable intelectual de los atentados de Madrid. Y en busca de esta autoría intelectual adjudicó tal apodo a Hassan El Haski.

El propio El Haski, responsable del GICM para Europa, negó tener ese apelativo.

En algún momento durante el interrogatorio de Attila Turk, persona que alojó a Hassan El Haski en París tras los atentados del 11-M, la fiscal Olga Sánchez incluso confundió el apelativo de de Abu Hamza con el de Abu Dujana, a la hora de preguntar al interrogado por el sobrenombre con el que era conocido.

La cosa llegó se embrolló de tal modo que el abogado defensor de Attila Turk le preguntó a su cliente si era conocido como "Hamza", a lo que éste respondió de manera afirmativa. Dijo que era "Hamza", no "Abu Hamza".

Otro de los testigos en la vista oral, Youssef M`saad, en cuya casa de los alrededores de París también se refugió Hassan El Haski, y que intervino mediante videoconferencia, reconoció que a El Haski raramente se le conocía por este apodo, pero que a Attila Turk sí se le conocía como Abu Hamza.

Pero es que, además de esos supuestos Abu Hamza, ¡¡¡ya había otros dos "Abu Hamza" en el Sumario!!!

Uno de ellos aparece mencionado en una de las Comisiones Rogatorias, en concreto de la de Marruecos y en la que "el emir de la sangre", Youssef Fikri, responsable de los atentados de Casablanca del año 2003, identifica a Abu Hamza como Abdelkader Hakimi, el responsable del GICM para Italia.

El otro es Imad Rustom, dueño de ARCONSA (la empresa para la que trabajó Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet), y que era conocido como "Abu Hamze".

Y si se busca un dato más fidedigno, Abu Hamza al Masri, es el imán radical de origen egipcio y nacionalidad británica que se ha autoproclamado oficial jurídico de Ejército Islámico de Adén, y desde la mezquita londinense de Finsbury Park ha incitado en numerosas ocasiones a los musulmanes contra Occidente, apoyando al GIA argelino y Al Qaeda.

En árabe Abu significa "padre", y Hamza tiene dos significados: es uno de los tres tipos de vocales en ese idioma, y también significa "león", uniendo ambos vocablos tendríamos "El padre del león", lo cual podemos hacer equivalente a jefe.

Con todos esos antecedentes, en realidad Abu Hamza no debe ser una persona en concreto, muy probablemente sea el sobrenombre con el que es conocida la persona que tiene una determinada responsabilidad dentro del GICM, y debe ejercer labores de guía para su grupo, como las que realiza Abu Hamza al Masri con los musulmanes en general.

lunes, 24 de septiembre de 2007


13. Las tarjetas de crédito de los terroristas.


¿Sabemos cuántos de los islamistas investigados por la Policía disponían de tarjetas de crédito o débito? ¿Qué operaciones de relevancia para la investigación se hicieron con ellas?

Desconocemos cuantos de los investigados disponían de tarjetas de crédito o débito, con cargo a qué cuentas, de qué bancos y el uso que de las mismas hicieron antes y después del 11 de marzo. Esa es la realidad.

Tal vez los investigadores, amparándose en esa socorrida "economía de subsistencia"  que mencionan en su informe económico, no consideraron significativos los movimientos de las mismas, pero otros datos del Sumario parecen contradecir esta suposición y proporcionan información de algunos movimientos que sí son significativos, no tanto por la cuantía como por el tipo de operación, la fecha o el lugar de realización.

Por ejemplo, habría que considerar de relevancia las recargas de teléfonos móviles, tal y como hizo el 29 de agosto del 2003 Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet con su tarjeta de débito 49400050339229701, recargando 10 euros para su teléfono móvil 635243590.

También las retiradas de 700 y 400 euros efectuadas por Mohamed Belhadj en cajeros automáticos de Madrid y Barcelona, en fechas tan señaladas como el 11 de marzo y el 4 de abril del 2004.

O el uso de tarjetas para el abono de los peajes de autopista, realizado por José Emilio Suárez Trashorras, durante los meses de enero a marzo del 2004.

Esa es una pequeña parte de lo que existe, y no se nos ha explicado en toda su amplitud, ni el número de tarjetas, ni los titulares de las mismas, ni el uso que de ellas hicieron durante los meses previos y posteriores a los atentados del 11 de marzo, y que hubieran permitido reconstruir un poco más fehacientemente lo ocurrido.

viernes, 21 de septiembre de 2007


12. El confidente Lavandera.


¿Qué contó Lavandera en 2001 que hubiese servido para evitar los atentados?

El ex mercenario, ex portero de discoteca y antiguo soldado de operaciones especiales, Francisco Javier Lavandera Villazón, tuvo una faceta como informador de los Cuerpos de Seguridad que le llevó a convertirse en el testigo protegido S20-04-X-89 de este Sumario y por lo cual prestó declaración en la vista oral el 26 de marzo del 2007.

Lavandera ya había advertido en el 2001 a Policía y Guardia Civil que Antonio Toro Castro y José Emilio Suárez Trashorras estaban intentando vender explosivos. Según él, nadie le hizo caso.

Sin embargo, en el mes de julio de ese año, el Cuerpo Nacional de Policía llevó a cabo en Asturias la operación "People" (léase "Pípol" que así es como se la ha conocido por escrito a lo largo de todos estos meses) en la que detuvo a Antonio Toro Castro, José Emilio Suárez Trashorras, Juan Ignacio Fernández Díaz "El Nayo", y Laurencio Castaño García (policía local de San Martín del Rey Aurelio). En poder de Toro encontraron estupefacientes y explosivos.

Lavandera continuó con sus advertencias, y de este modo el 28 de agosto del 2001 un guardia civil grabó una de las conversaciones que mantuvo con Lavandera y la conservó a buen recaudo durante años.

El detalle significativo que Lavandera dijo haber contado a la Policía, y también a la Guardia Civil, es que Suárez Trashorras estaba buscando alguien que consiguiese adaptar teléfonos móviles para activar bombas ¡ya en el 2001!

La cinta no vio la luz hasta finales del 2004, cuando los mandos de la Guardia Civil en Asturias comparecieron en el Congreso ante la Comisión del 11-M, y se vieron obligados a dar explicaciones sobre la misma, pues había sido ya noticia en los medios de comunicación.

Pero hasta el día de su comparecencia ante el tribunal, en marzo del 2007, muchos consideraron a Lavandera como "testigo desprotegido", por los incidentes que había sufrido durante los meses de instrucción del proceso (suicidio de su compañera sentimental, muerte de animales en su granja, tiroteo del que él mismo fue víctima).

Incluso la condición de testigo protegido le fue retirada como consecuencia de haber hecho un gasto superfluo (comprar una pistola de la marca HK) y rechazado un trabajo (vigilante de seguridad –uniformado- en el aeropuerto de Sondica, Bilbao).

El día 26 de marzo, ante el tribunal todo el mundo sabía quién era el testigo protegido. Hasta la defensa de Suárez Trashorras le nombró por su apellido, siendo entonces necesario que el Presidente del tribunal le llamase la atención, recordándole que se trataba de un testigo protegido, "aunque todos sabemos más o menos, si es testigo protegido, pues…"

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