La Gaceta
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Publicamos los nombres de los 19 primeros ejecutados en la mina
Se confirman los asesinatos de tres mujeres. En el 'Expediente Camuñas' se recogen torturas, saqueos, incendios y profanaciones entre otros actos aberrantes.
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Labradores, maestros y sacerdotes fueron ejecutados por los republicanos en la mina.
Madrid.- Los datos y descubrimientos relacionados con la fosa común de la mina de Las Cabezuelas, en la localidad toledana de Camuñas, permiten identificar a algunos de las víctimas que allí fueron arrojadas. La Causa General, como se puede comprobar en el Archivo Histórico Nacional y entre los fondos del Poder Judicial, recoge el nombre de los 19 primeros ejecutados en la mina.
Dentro de los documentos allí recogidos se encuentra uno que lleva por título Expediente Camuñas. Gracias a ese legajo se conoce parte de la lista de los que fueron asesinados por los republicanos, durante la Guerra Civil, en una zona alejada del frente que constituye el osario de la mina.
Los documentos del archivo contienen oficios que recogen “la relación de personas residentes en este término municipal, que durante la dominación roja fueron muertas violentamente o desaparecieron y se cree fueron asesinadas”.
A continuación se incluye una “relación de cadáveres recogidos en este término municipal, de personas no reconocidas como residentes en él, que sufrieron muerte”. Después, se enumeran los “tormentos, torturas, incendios de edificios, saqueos, destrucciones de iglesias y objetos de culto, profanaciones y otros hechos delictivos que por sus circunstancias, por la alarma o el terror que produjeron deban considerarse como graves, con exclusión de los asesinatos, que fueron cometidos en este término municipal durante la dominación roja”. Concluye con una “Relación nominal de personas asesinadas”. Como se ha podido demostrar a lo largo de las exhumaciones, algunos cuerpos presentan lesiones producidas por las torturas que les fueron infligidas entre el momento de la detención y el de la ejecución.
En esta primera lista, aparece el nombre de tres mujeres. Pero, además, aporta información fundamental para entender el contexto en el que se produjeron las ejecuciones. El estudio conservado en la Causa General incluye la profesión, la edad, la fecha de fusilamiento y la identidad de quienes fueron señalados como sospechosos del crimen.
Así pues, se puede poner nombres y apellidos a los Emilio Martín Benito, labrador; Emiliano Encinas, sacerdote; o José González Román y Villarreal, maestro nacional, así como una larga lista perfectamente documentada.Aunque no se puede conocer la edad de quienes fueron detenidos y ejecutados sin mediar procedimiento legal alguno, queda claro, por esta lista, que muchos de ellos eran ya sexagenarios cuando fueron arrojados, en algunos casos vivos, al pozo de la mina. Ancianos, ya que la esperanza de vida en España durante el primer tercio del siglo pasado rondaba los 62 años.
Entre los valiosos documentos estudiados, aparecen también apuntados otros hechos delictivos como la quema de iglesias, objetos de culto, o la simple sospecha de que las personas sepultadas en la mina, no pertenecen sólo a los términos municipales colindantes, sino también a gentes del propio Madrid.
Para realizar los informes en los que se encuentran estos datos, se tomó testimonio a los habitantes de la zona, que demuestran que era de conocimiento público el emplazamiento de los cadáveres y también los métodos ilegales que se emplearon para ejecutarlos. Información que fue puesta en conocimiento de las autoridades franquistas, que pudieron constatar que entre las víctimas había varios religiosos. Sin embargo, jamás se hizo ningún intento de recuperar los cuerpos.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha justificado la Ley de Memoria Histórica para la recuperación de cuerpos de víctimas supuestamente ejecutadas por el bando nacional. El Ejecutivo ha concedido, desde 2006, a las asociaciones que se dedican a estas exhumaciones, 15 millones de euros y ha presupuestado otros 4 para el año 2010.
Segundo nivel
Los trabajos realizados a lo largo del pasado viernes en el interior de la mina han consistido en la retirada de los cuerpos ya estudiados de la capa superior. Pretenden descubrir totalmente la capa de cal que los sujetaba para extraer los numerosos cuerpos que se encuentran debajo y a los que los técnicos han tenido acceso tras introducir una luz.
Algunos objetos encontrados han sido enviados para su análisis, entre ellos dos trozos de tela negra que, según los datos recabados por los forenses, podrían haber pertenecido a la sotana de alguno de los ocho sacerdotes que fueron asesinados en la mina.
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