viernes, 27 de noviembre de 2009

CARTA DE BARDEM

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Acabamos de leer que Aminatou Haidar dejará de tomar sus medicamentos en dos días si su
situación de prisionera del estado español, aliado con la ley de hierro marroquí, no cambia
radicalmente en ese corto espacio de tiempo. Esto es como una condena a muerte para alguien
con casi dos semanas de huelga de hambre en su estómago y los huesos molidos a palos en
prisiones secretas marroquíes.
Cada minuto mueren cientos de personas inocentes en el mundo por las más inimaginables
situaciones para gente tan afortunadas como nosotros que desconocemos en nuestra gran
totalidad

el hambre,
la pobreza,
la guerra
o las enfermedades

olvidadas.
Y a todas y a cada una de ellas las acompaña un grito nuestro de indignación y coraje. También de impotencia y mucho de culpa. En muchos aspectos estas muertes ocurren para que nosotros sigamos viviendo en paz.
Todas deberían ser conocidas por alguien, en algún lugar, aunque sólo sea para recobrar su
identidad robada a fuerza de miseria y tortura. Ninguna muerte es menor, menos importante que
otra. Con cada una de ellas, aun sin saberlo, morimos todos un poco.
Si AMINATOU HAIDAR acabara muriendo por todo lo que le está pasando en Lanzarote,
muchos cerrarían los ojos junto a ella. Aproximadamente más de 350.000 personas en el Sáhara
y muchos más en todo el mundo. Su caso no es más especial o importante que el de aquellos
niños soldados, reclutados en algún país africano para obligarles con su vida a matar a su familia
y a su comunidad. Ni tampoco la de aquel individuo insignificante, que muere congelado en un
banco de la calle, porque no tiene un duro para irse a un hostal ya que las casas de acogidas no
dan a basto. La muerte de Haidar, Dios no lo quiera, o Alá, o quien sea que este ahí arriba, no
sería distinta a la de ningún otro que merece la misma atención, apoyo y cuidado que ella.
Por eso se nos encoje el corazón con solo pensarlo. Porque se nos pasan por la cabeza los
muchos nombres y rostros anónimos que sabemos pueden morir sin que nosotros podamos hacer
mucho por evitarlo. Porque creemos, y nos negamos a no creer, que estamos hartos de que el
destino vaya dando zarpazos con los ojos vendados a unos muchísimos cuantos para que los
otros menos cuantos podamos seguir soñando. Porque en situaciones límites, a parte del valor y
el miedo, lo único que nos une es el sentido común. Y sólo despertando nuestro sentido COMÚN
podemos despertar el del otro en algunas ocasiones, especialmente en las más duras y difíciles.
Por lo que sabemos, oímos y leemos, una gran mayoría del pueblo español apoya, defiende y
lucha como puede, desde la acogida de niños en verano o desde las numerosas plataformas en
defensa de los derechos del pueblo saharaui (Todo nuestro apoyo y cariño para el gran e
incombustible José Taboada) , con el único deseo de que no se sientan solos en su abandono, en
esas tierras imposibles donde sólo crecen piedras y desolación.
Todos seguimos con indignación y estupor la mala pesadilla de Haidar, la pesadilla de un ser
humano atrapado entre el posibilismo político de un estado, el español, y la opresión de una
dictadura, la marroquí. Todos queremos que se una a su familia y a su pueblo, que pise su tierra y
siga haciendo tanto y tan bueno y tan necesario por la causa de su PAÍS.
Gracias a todos ellos AMINATOU respira y es oída, algo que otros ya dejaron de hacer por no
sentir este calor, el aliento de ese sentido COMÚN . Porque no hay que pensar mucho para
entender que no hay justicia que pueda consentir tal crimen en nuestro país, que no hay nada ni
nadie que pueda justificar el sacrificio de nadie en pro de la buena relación con un país que
tortura y condena a una muerte lenta a ancianos, mujeres, niños y hombres por el solo hecho de
pedir lo que es suyo de una manera PACÍFICA y con una dignidad y aguante desconocidas para
nosotros, el resto de los mortales.
Si HAIDAR cierra los ojos el gobierno de España, este, el de atrás y el de más atrás, basta de las
gilipolleces de los colores, será junto a Marruecos los verdugos. Y nosotros habremos atado la
soga con nuestro silencio, como con tantos y tantos otros..., en tantos y tantos otros lugares.
Somos españoles y el Sáhara es nuestro hermano negado, no reconocido. Ojalá se haga justicia y
ese sentido de justicia se vuelva COMÚN y podamos parar esta pesadilla de Haidar, de cientos
de miles de refugiados saháruis y seguir mirando hacia delante con ellos a nuestro lado. El amor
suma y la injusticia resta. Ya está la historia y los diarios para recordárnoslo a cada momento.
Por favor HAIDAR resiste y respira, hay muchos pulmones que necesitan tu voz. Por favor
SENORES DEL GOBIERNO recapaciten sobre las consecuencias de su relación con Marruecos
respecto al Sáhara. Por favor dejen a HAIDAR volver a su tierra, EL SÁHARA ,con los ojos
vivos y llenos de razones para seguir luchando por lo que es suyo, de ellos.
Por favor usted, tú, si estás leyendo esto usa tu sentido común, ese que HAIDAR nos despierta
cuando la miramos en esta, su pesadilla española-marroquí, y con suerte razonaremos todos y
sacaremos la única conclusión posible; AMINATOU HAIDAR REPRESENTA LA LIBERTAD
Y EL DERECHO DE TODOS LOS QUE NO TIENEN LIBERTAD Y DERECHOS. EN ELLA
ESTAN TODOS ALOS QUE DEJAMOS MORIR ABANDONADOS A LA INJUSTICIA. EN
NOSOTROS ESTA UNA PARTE DE HAIDAR QUE SE NIEGA A CERRAR LOS OJOS
JUNTO A LOS DE ELLA.

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