Cata de medios
16/02/2012
Hace unos días escribí en este blog unas consideraciones sobre
Tapies,
las cuales, debido a su reciente fallecimiento podían suponer como una forma de necrológica.
No era esta mi intención ya que el género funerario, en general, acostumbra a ser laudatorio por una lógica convención de respeto hacia los allegados y también porque el fallecido ya no puede ni defenderse ni hacer más desastres.
Mis elogios no iban dirigidos al terreno pictórico como han venido realizando ampliamente la mayoría de los medios sino en otro ámbito menos ensalzado públicamente pero de una ejemplaridad tan relevante sociológicamente como el haber sido uno de los primeros protagonistas contemporáneos del Vestido Nuevo del Emperador o El Retablo de las Maravillas, cuya repercusión en el mundo sobrealimentado es todavía hoy espectacular.
Quizás mucho más vigente que en la época que fueron escritas la fábulas moralizadoras (Vease estos días la feria ARCO)
He seguido atentamente las secuelas de mi post a través de su publicación en algunos medios digitales secundado por los múltiples comentarios que ha venido provocando.
Es curioso observar las distintas reacciones de los internautas según el medio.
Escogí solo una terna.
1 -
Empecé por Periodista Digital donde aparece una cierta división de opiniones aunque en general los que salen en defensa de Tapies lo hacen más por la inoportunidad de la necrológica que por los méritos pictóricos del fallecido.
2 -
Después me asomé a Intereconomía (La Gaceta) Allí, todos sin excepción muestran un total desinterés por el pretendido pintor e incluso, en algunos comentarios aflora un ingenioso cachondeo sobre las obras.
3 -
Finalmente, mi cata se introdujo en E-Noticies, medio digital en el que acostumbro aparecer solo cuando el tema permite a sus hordas nacionales lanzarse al despellejo de un servidor o del infortunado que no comulgue con los principios de la turba tribal.
A pesar de que Tapies significó un ilustre catalano-izquierdista, cuya pintura rupestre preside la mesa redonda de los brujos de la tribu Els Segadors, resulta paradójico comprobar como en los comentarios de E-Noticies sobre el tema, Tapies es lo de menos. Si alguien dice que le interesa su obra es simplemente para demostrar lo imbécil y despreciable que soy. Las hordas de este digital patriótico pasan olímpicamente del supuesto pintor pues lo esencial es aniquilar al renegado, por ello hay quien asegura que brindará con cava el día que yo la palme y hasta algunos proclaman que si Tapies hubiera sido españolista estaría ahora ensalzando babosamente su obra.
Después del breve paseo por los medios, y especialmente el último, me sobreviene cierta conmiseración por el sombrío bricoleur. Experimento un destello de compasión y confieso que me hubiera sentido más cómodo topándome con una defensa solida, inteligente y audaz, aunque fuera en oposición radical a mi tesis. Sin embargo, resulta sorprendente comprobar que si, excepcionalmente, alguien escribe unas líneas en su favor lo hace siempre con la boca pequeña y movido por intereses marginales al arte. En cualquier caso, triste y depresiva reacción. Ratifica mi criterio; su obra no gustó a nadie que no estuviera en el negocio.
No obstante, debo reconocer que bajo esta óptica uno prefiere que la encarnizada morralla que alimenta E-Noticies brinde con cava el día de mi propia muerte (Me preocuparia más si se hiciera con Champagne) En última instancia, el odio de la chusma es siempre una forma de reputación. Una reputación, sin lugar a dudas, mucho más gloriosa que una loa necrológica en El País.
Tapies,
las cuales, debido a su reciente fallecimiento podían suponer como una forma de necrológica.
No era esta mi intención ya que el género funerario, en general, acostumbra a ser laudatorio por una lógica convención de respeto hacia los allegados y también porque el fallecido ya no puede ni defenderse ni hacer más desastres.
Mis elogios no iban dirigidos al terreno pictórico como han venido realizando ampliamente la mayoría de los medios sino en otro ámbito menos ensalzado públicamente pero de una ejemplaridad tan relevante sociológicamente como el haber sido uno de los primeros protagonistas contemporáneos del Vestido Nuevo del Emperador o El Retablo de las Maravillas, cuya repercusión en el mundo sobrealimentado es todavía hoy espectacular.
Quizás mucho más vigente que en la época que fueron escritas la fábulas moralizadoras (Vease estos días la feria ARCO)
He seguido atentamente las secuelas de mi post a través de su publicación en algunos medios digitales secundado por los múltiples comentarios que ha venido provocando.
Es curioso observar las distintas reacciones de los internautas según el medio.
Escogí solo una terna.
1 -
Empecé por Periodista Digital donde aparece una cierta división de opiniones aunque en general los que salen en defensa de Tapies lo hacen más por la inoportunidad de la necrológica que por los méritos pictóricos del fallecido.
2 -
Después me asomé a Intereconomía (La Gaceta) Allí, todos sin excepción muestran un total desinterés por el pretendido pintor e incluso, en algunos comentarios aflora un ingenioso cachondeo sobre las obras.
3 -
Finalmente, mi cata se introdujo en E-Noticies, medio digital en el que acostumbro aparecer solo cuando el tema permite a sus hordas nacionales lanzarse al despellejo de un servidor o del infortunado que no comulgue con los principios de la turba tribal.
A pesar de que Tapies significó un ilustre catalano-izquierdista, cuya pintura rupestre preside la mesa redonda de los brujos de la tribu Els Segadors, resulta paradójico comprobar como en los comentarios de E-Noticies sobre el tema, Tapies es lo de menos. Si alguien dice que le interesa su obra es simplemente para demostrar lo imbécil y despreciable que soy. Las hordas de este digital patriótico pasan olímpicamente del supuesto pintor pues lo esencial es aniquilar al renegado, por ello hay quien asegura que brindará con cava el día que yo la palme y hasta algunos proclaman que si Tapies hubiera sido españolista estaría ahora ensalzando babosamente su obra.
Después del breve paseo por los medios, y especialmente el último, me sobreviene cierta conmiseración por el sombrío bricoleur. Experimento un destello de compasión y confieso que me hubiera sentido más cómodo topándome con una defensa solida, inteligente y audaz, aunque fuera en oposición radical a mi tesis. Sin embargo, resulta sorprendente comprobar que si, excepcionalmente, alguien escribe unas líneas en su favor lo hace siempre con la boca pequeña y movido por intereses marginales al arte. En cualquier caso, triste y depresiva reacción. Ratifica mi criterio; su obra no gustó a nadie que no estuviera en el negocio.
No obstante, debo reconocer que bajo esta óptica uno prefiere que la encarnizada morralla que alimenta E-Noticies brinde con cava el día de mi propia muerte (Me preocuparia más si se hiciera con Champagne) En última instancia, el odio de la chusma es siempre una forma de reputación. Una reputación, sin lugar a dudas, mucho más gloriosa que una loa necrológica en El País.
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