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Determinante resultó el testimonio del keniata Andrew Mwangura, considerado el mejor experto en piratería de toda la costa este de África. El domingo 28, Mwangura confirmaba que el Playa de Bakio había sido liberado tras el pago de una recompensa de 1,2 millones de dólares (unos 770.000 euros), aunque con posterioridad otras voces hablaron de 1,5 millones.
Fuentes militares de toda solvencia han relatado a LA GACETA cómo Moncloa “intentó una operación similar a la que sólo quince días antes había llevado a cabo el Gobierno de Sarkozy” tras la captura, también en aguas somalíes, del yate francés Le Ponant.
El buen trabajo del Elíseo dio como resultado la detención de la mitad de los piratas y la recuperación de buena parte del botín.
Pero en el caso español las cosas salieron bien distintas. “El Ministerio de Defensa ordenó al Grupo de Operaciones Especiales (GOE) designado para la misión, coordinarse con los agentes del CNI
para que, a través de unos mercenarios locales
dieran captura a los piratas una vez en tierra
y recuperaran el dinero”,
aseguran a La Gaceta fuentes conocedoras de los detalles del operativo. “El problema es que los hombres de Alberto Sáiz eligieron mal al clan y la mayoría de los secuestradores del Playa de Bakio
(alrededor de 10 hombres)
fueron pasados a cuchillo 48 horas después de abandonar el atunero vasco”.
Del dinero, ni rastro.
Lo que no han podido precisar esas mismas fuentes es si los captores del Playa de Bakio se deshicieron del botín antes de caer en la emboscada que les habían preparado los mercenarios o si estos últimos se dieron a la fuga incumpliendo su compromiso con los agentes del CNI.
Fuentes militares de toda solvencia han relatado a LA GACETA cómo Moncloa “intentó una operación similar a la que sólo quince días antes había llevado a cabo el Gobierno de Sarkozy” tras la captura, también en aguas somalíes, del yate francés Le Ponant.
El buen trabajo del Elíseo dio como resultado la detención de la mitad de los piratas y la recuperación de buena parte del botín.
Pero en el caso español las cosas salieron bien distintas. “El Ministerio de Defensa ordenó al Grupo de Operaciones Especiales (GOE) designado para la misión, coordinarse con los agentes del CNI
para que, a través de unos mercenarios locales
dieran captura a los piratas una vez en tierra
y recuperaran el dinero”,
aseguran a La Gaceta fuentes conocedoras de los detalles del operativo. “El problema es que los hombres de Alberto Sáiz eligieron mal al clan y la mayoría de los secuestradores del Playa de Bakio
(alrededor de 10 hombres)
fueron pasados a cuchillo 48 horas después de abandonar el atunero vasco”.
Del dinero, ni rastro.
Lo que no han podido precisar esas mismas fuentes es si los captores del Playa de Bakio se deshicieron del botín antes de caer en la emboscada que les habían preparado los mercenarios o si estos últimos se dieron a la fuga incumpliendo su compromiso con los agentes del CNI.
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