-
9.pandote| 18/Nov/2009 | 00:22:21h
Unos criminales entran en un museo, toman rehenes y piden un rescate.
La policía rodea el lugar con todos sus medios, se decide sabiamente pagar el rescate para proteger a los inocentes.
Los secuestradores toman el dinero y se van ya sin rehenes.
El Ministro de Interior decide no darles caza, no sea que un policía pueda quedar herido en el desempeño de su trabajo.
Los criminales se van felices con su suerte, planeando la siguiente.
LLegan a sus casas, se reparten el dinero y quedan con la feliz sensación de que ha sido un buen trabajo, y sencillito, la verdad. "La semana próxima en el museo de al lado" - dice uno entre carcajadas.
El ministro se felicita de que los rehenes estén bien, (todos asienten). Ante la pregunta de que si se hizo algo por detener a los "malos" responde:
- Los seguimos hasta la esquina, pero iban armados y mejor no meternos en follones, que la policía está para otras cosas...
No para perseguir criminales peligrosos...
Si hay suerte no reinciden...
¿Alguien en su sano juicio no quedaría escandalizado si esto tuviese lugar en cualquier ciudad del país?
Creo pensar que sí.
Pues tras la alegría de la liberación de nuestros pescadores,
que puede hacernos dejar de ver las cosas claras trasladen: museo por barco; policía por ejército; ministro del interior por la ministra de defensa y verán que...
Piensen en ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario