Cobarde cuando en plena crisis del Perejil y siendo jefe de la oposición (depués le pedía lealtad a Rajoy cuando se dedicaba a flirtear con la izquierda abertzale proetarra y con la propia ETA) no solo viajó a Rabat sino que se dejó fotografiar bajo un mapa de Marruecos que incluía a Ceuta Melilla y Canarias como territorios del sátrapa alauíta. Cobarde cuando retiró las tropas de Iraq y cercenó para los restos la relación con EEUU (por mucho que se empeñen él y sus medios afines las cosas con Obama no han cambiado nada de nada y sino pregunten a cualquier experto en relaciones internacionales España-EEUU) Y cobarde ahora, pagando un rescate a unos terroristas del mar. Seguramente sus asesores (si es que le queda alguno) le habrán calculado las repercusiones políticas de un asalto militar al buque con posibles bajas civiles y el de un pago del rescate exigido por los terroristas. Una vez más, con un apoblación adocenada y pasota, es que claramente una nueva bajada de pantalones camuflada de talante no traera especiales consecuencias para esta medianía andante que dice presidir a nuestro país. Y efectivamente, si a mi me secuestraran me vendría de perlas que pagaran, no voy a ser yo el que diga lo contrario. Lo que no sé es cómo le vendrá este mensaje de Señores Terroristas, suelten a nuestros compatriotas que les pagamos, a los próximos que secuestren aprovechando la debilidad palmaria de un país sin rumbo y un gobierno de opereta.
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