domingo, 16 de febrero de 2014

LOS 200 FACINEROSOS DUROS DEL 15-M OKUPAN CASA MINISTERIO CEDIDA POR Jose Luis Rodriguez Zapatero



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Algunos han llegado de Argentina, Portugal e Italia, donde se han baqueteado en algaradas diversas

El nido de los 200 facinerosos que manejan el cotarro del 15-M

La Policía identifica a 'okupas', antisistemas y anarquistas que calientan al núcleo real de 'indignados'

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Redacción, 07 de agosto de 2011 a las 10:47
 Los primeros antidisturbios en llegar al Ministerio del Interior eran los que estaban en Génova13, frente a la sede del PP; en seguida, llegó la carga policial
Encuesta¿A qué le recuerdan más los indignados?
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Indignados frente al ministerio del Interior.

  • Uno de los indignados detenidos en los altercados celebra su liberación.
  • Indignados frente al ministerio del Interior.
Hay miles de personas bienintencionadas, que salen a la calle hartas de los políticos y de un sistema que huele a podrido por todos lados. Pero no es esa mayoría ilusionada y hasta ilusionante la que mueve el 'cotarro'.
Los que agitan, marcan la agenda, deciden los actos y marcan los tiempos son unos pocos.
Bastantes de ellos utilizan dos cuarteles generales. Uno es el antiguo edificio deTabacalera, en la calle de los Embajadores, 53. Esta casa okupa fue cedida en 2010 a laRed de Colectivos de Lavapiés por el Ministerio de Cultura del Gobierno Zapatero.
El otro escondrijo es 'Casablanca', un inmueble también okupado y también radicado en Lavapiés.
La Policía Nacional ha identificado en estos últimos días de concentraciones a unos 200 radicales del núcleo duro de Sol.
Revelan C. Hidalgo y G. Rodríguez en ABC -donde siguen el asunto cotidianamente y muy de cerca - que muchos de ellos con antecedentes por hechos similares (resistencia y desórdenes públicos), pero también, como algunos de los nueve arrestados, con historial delictivo por robos y atracos.
Precisamente este 6 de agosto de 2011, dos de ellos, de nacionalidad portuguesa, quedaron libres sin cargos tras pasar por el juzgado de Guardia de Plaza de Castilla, aunque tendrán que comparecer ante el juez cuando se les requiera.
Las primeras identificaciones se produjeron durante las horas posteriores al levantamiento de los campamentos de Sol y Paseo del Prado, el martes pasado. Sumaron 140, de los que la mayoría eran miembros de grupos «okupas», antisistemas y anarquistas. Las otras 60 se practicaron al día siguiente.
En muchos casos se hicieron a través de las cámaras de videovigilancia instaladas en la Puerta del Sol.
«Hay nacionales (tanto de Madrid como de Castilla-La Mancha y Castilla y León), pero también portugueses, argentinos y bastantes italianos e incluso algún japonés, gente alejada de la realidad española».
«Estos que intentan tutelar el movimiento realmente no tienen nada que ver con el verdadero 15-M; sino que se trata de personas que han hecho del movimiento "okupa" su medio de vida. Llevaban buscando como agua de mayo situaciones como la carga que se vivió el jueves por la noche ante el Ministerio del Interior».
Por ello, tras el desalojo del martes pasado, comenzaron a convocar a más gente a través de las redes sociales, para lo que utilizan casas «okupas» como La Tabacalera o Casablanca, en Lavapiés, como ya adelantó ABC.

Rechazo a otra acampada
Esta deriva ultra se ha dejado notar en la radicalización de los mensajes y consignas repetidas durante los cuatro días de protestas callejeras.
Es más, el jueves 4 de agosto por la noche, cuando el grueso de la manifestación se dirigía hacia Colón, la Policía pensó que se concentrarían ante la sede del Partido Popular, situada muy cerca de allí, en el número 13 de la calle de Génova.
Por eso, cuando los «indignados» llegaron al Ministerio del Interior, apenas unos metros más allá, en Castellana, 5, no había más protección que la estática de la Guardia Civil.
Los primeros «antidisturbios» en llegar a Interior eran los que estaban en Génova. En seguida, llegó la carga policial.
La Brigada de Información ha comprobado que el grueso de las personas que quedaban acampadas en Sol y el paseo del Prado pertenecían a estos grupúsculos ultras. Y los verdaderos «indignados» se han dado cuenta de todo ello.
Esa es una de las razones por las que tras la nueva toma de Sol del viernes por la noche no se ha reeditado la acampada. Ni siquiera se debatió este punto en la primera asamblea popular tras la entrada en la plaza. La decisión se dejó al libre albedrío de cada uno.

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