LOSADA
Lo de la comunidad y tu artículo de la Plaquita, que yo digo que hubiera sido mejor una pegatina a cada lado de la Puerta de entrada por sol, que la leerían muchas más, personas (puedes escribirlo así).
Donde está sólo los relojeros del mantenimiento y la sra de la limpieza
Donde está sólo los relojeros del mantenimiento y la sra de la limpieza
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José Rodriguez de Losada Conejero
Murió en 1870, pero su obra ya es una pieza fundamental en el paso del tiempo.
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Una pequeña placa, único honor
http://www.lanuevacronica.com/madrid-rinde-homenaje-al-relojero-losada
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29/12/2014
González rinde homenaje a los relojeros de la Puerta del Sol
http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_Actualidad_FA&cid=1354398014131&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura
Lo dice la Comunidad, no fue un homenaje al Relojero Losada si no a los RELOJEROS de la puerta del Sol
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NO FUE UNA MULTITUD
NO FUERON 4, FUERON 3
¿ES ESO UNA MULTITUD?
Está instalada en la escalera de subida al reloj desde la última planta, no la ve nadie, sólo los relojeros y la señora de la limpieza
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¿PORQUÉ NO RECUPERAMOS ESTA TRADICIÓN PARA REMEMORAR LOS PRIMEROS AÑOS DEL TOQUE DE LAS CAMPANADAS DEL RELOJ DE JOSÉ RODRÍGUEZ DE LOSADA CONEJERO, EN LA PUERTA DEL SOL?
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Diario de Cádiz 10.11.14
La mayoría de los que formamos parte de la Armada tenemos grabada la imagen de un grupo de marineros uniformados celebrando la llegada del año nuevo en la Puerta del Sol de Madrid, con el telón de fondo de las campanadas con que todos hemos acompañado las uvas.
Se trata de una tradición que arrancó en las navidades de 1866, cuando la Armada y José Losada, uno de los relojeros más famosos de todos los tiempos, decidieron rendirse tributo mutuamente.
En realidad, bajo el apellido Losada se escondía un personaje tan ilustre como peculiar: José Rodríguez Conejero, nacido en 1797 en la localidad leonesa de Iruela, perteneciente al municipio de Losada que el relojero se encargó de universalizar adoptándolo como apellido.
José dedicó sus años mozos al pastoreo, hasta que la mala o buena fortuna hizo que perdiera un ternero, y por temor a las posibles represalias decidió escapar, deambulando por la región hasta reaparecer en Madrid algunos años después como un joven oficial de Caballería con el nombre que habría llevar a perpetuidad: José Rodríguez Losada.
-Se trata de una tradición que arrancó en las navidades de 1866, cuando la Armada y José Losada, uno de los relojeros más famosos de todos los tiempos, decidieron rendirse tributo mutuamente.
En realidad, bajo el apellido Losada se escondía un personaje tan ilustre como peculiar: José Rodríguez Conejero, nacido en 1797 en la localidad leonesa de Iruela, perteneciente al municipio de Losada que el relojero se encargó de universalizar adoptándolo como apellido.
José dedicó sus años mozos al pastoreo, hasta que la mala o buena fortuna hizo que perdiera un ternero, y por temor a las posibles represalias decidió escapar, deambulando por la región hasta reaparecer en Madrid algunos años después como un joven oficial de Caballería con el nombre que habría llevar a perpetuidad: José Rodríguez Losada.
Inaugurado en 1866 con motivo del cumpleaños de la reina, la Villa de Madrid decidió honrar esas mismas navidades a Losada aprovechando que las campanadas de su nuevo carrillón iban a sonar por primera vez en la Puerta del Sol el último día del año, ocasión que aprovecharon los combatientes licenciados de la Numancia venidos de toda España para reunirse con el relojero al objeto de agradecerle el regalo recibido.
La idea cuajó y se extendió, de manera que cada fin de año la plaza era punto de reunión de marinos licenciados, tanto de la metrópoli como de las colonias, que de esa forma volvían a lucir sus uniformes en dicha fecha dando lugar a una tradición que se mantuvo hasta no hace muchos años.
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