9 - INDEPENDENCIA CATALANA: TIEMPO PARA PENSAR. FRANCESC DE CARRERAS

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OPINIÓN

Para las reformas que aún faltan, no basta con la fuerza del PP, por mayoritario que sea

A mediados de agosto, suele haber tranquilidad dentro del mundo de la política. Pero este año podía haber sido una excepción. De momento no es así: toquemos madera.

A veces dudo que los altos dirigentes políticos tengan tiempo para pensar a largo plazo, atados como están siempre a la inmediatez que requiere dar respuesta a las críticas del adversario o a las innumerables visitas, inauguraciones, reuniones, viajes, declaraciones o comparecencias parlamentarias que llevan a cabo. Pues bien, en estos días de calma chicha política, quizás esos grandes dirigentes deberían dedicarse a pensar y relacionar las causas de la grave crisis económica que estamos atravesando con sus propias responsabilidades, admitir que todos los que han gobernado España -me refiero, naturalmente, al PSOE y al PP- tienen su parte de culpa.

En cuanto a la deuda privada, que es la más importante, la burbuja de la construcción que contaminó a los bancos empezó en tiempos de Aznar y no hizo nada por detenerla Zapatero. En cuanto a la deuda pública, los culpables del excesivo gasto son estos mismos grandes partidos y, además, todos aquellos que también han gobernado en las comunidades autónomas. Todos son, pues, responsables: de ahí el creciente y, por ahora, imparable, desprestigio de la clase política.

Si aceptaran esto, y quisieran ser más reconocidos y apreciados, quizás esos partidos deberían pensar en dejar de lado sus rencillas diarias, en general de tono menor, e intentar resolver antes de nada el gran problema que han creado: la debilidad económica internacional de España y la desconfianza en que pueda pronto resolverse. Muchos insisten en que para solucionar este problema se necesita un gran pacto sobre las importantes reformas que Europa nos reclama. ¿No decimos, con razón, que es imprescindible cumplir las directrices que nos marcan las instituciones europeas? Pues bien, si es así, si estas directrices de política económica se cumplirían gobernara quien gobernara, fuera el PSOE o el PP, ¿qué -o quién- impide que se cierre ya un pacto político sobre la manera de aplicarlas?

En efecto, un pacto entre PP y PSOE daría seguridad a la UE de que nuestro país ya no es un obstáculo para su integración, reforzaría nuestra solvencia ante los mercados financieros y mejoraría la confianza de los españoles en sus gobernantes al demostrarles que saben dejar de lado sus intereses electorales en favor de los generales. En un reciente debate parlamentario, Rubalcaba ofreció este pacto y Rajoy lo desechó. Creo que hizo mal. Para las reformas que todavía faltan, no basta la fuerza de un solo partido, por mayoritario que sea en el Congreso: se necesitan acuerdos y complicidades que deben ir mucho más allá. Quizás en esta calma chicha de agosto, durante este tiempo para pensar, se calibren bien todas estas posibilidades.

Francesc de Carreras. Catedrático de Derecho Constitucional de la UAB.