Las clases de economía mejor aprovechadas de la historia.
Parece ser que las lecciones de economía
en "dos tardes"que le recomendó
el responsable económico del PSOE,Jordi Sevilla,
al expresidente del Gobierno
José Luis Rodríguez Zapatero
han dado sus frutos.
Es que no se presento porque además de un inepto total, era un vago
y total, para destruir España tampoco necesitaba saber tanto
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El hundimiento TOTAL de la España que odiaba y seguirá odiando

JOER, JOER, JOER
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ANDALUCÍA

TELA DE ARAÑA ANDALUZA - 1

http://www.libertaddigital.com/nacional/la-tela-de-arana-andaluza-1276322348/

TELA DE ARAÑA ANDALUZA - 2

http://especiales.libertaddigital.com/la-tela-de-arana-2/

PSOE
¿100 AÑOS DE HONRADEZ?
¡Ni 100 minutos seguidos!
© Arturo Álvarez Martínez – 2008
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-PSOE
¿100 AÑOS DE HONESTIDAD?
¡Ni 100 minutos seguidos!
© Arturo Álvarez Martínez – 2008
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PSOE
¿100 AÑOS DE HONESTIDAD?
RESTANDO LOS 40 DE FRANCO© Arturo Álvarez Martínez – 2012
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Amaneceres desde puerto Picao, JEREZ de la FRONTERA

de-parte-del-sr-google-y-son-pocas.html

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NOTA :
Zapatero es tan listo que no sabe para lo que sirve un paraguas.
Bueno, si que lo sabe, en el contexto de lluvia.
Pero si lo trasladamos al concepto de crisis, Zapatero si sabía que estábamos en CRISIS, pero debía ocultarlo a los españoles para poder ganar las elecciones de 2008, que sí ganó, pero a base de MENTIRAS, algunas tan gordas que nos han metido en la UVI en la que estamos.
Por eso ha Zapatero HAY QUE METERLO EN LOS JUZGADOS y que los jueces decidan si es merecedor de ir a la cárcel o no.
Eso es DEMOCRACIA PURA y DURA
-
Y esto tampoco tiene desperdicio

MORIR, ANTES, PORQUE ZAPATERO OCULTÓ LA CRISIS PARA GANAR UNAS ELECCIONES Y NOS LLEVÓ DONDE ESTAMOS
También se le podría meter en el juzgado por esto y que los jueces decidan

¿Los que han muerto antes DE TIEMPO
por causa de la CRISIS,
se lo podrían achacar a ZAPATERO,
como a Franco
se le atribuyen,
de parte del PSOE
los fusilados
por toda España?

1))) -
CRISISyPAROyMALNUTRICIÓNyENFERMEDADySUICIDIO

ZAPATERO Y EL PSOE HACEN AUMENTAR

EL CONSUMO DE DEPRESIVOS
UN 16%.
¿Y QUE MÁS?CRISIS

1 - OJO que muerde, porque el hambre y el paro matan

Crisis Paro, Malnutrición, Enfermedades y suicidios

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2 - OJO que el paro enferma y mata

Crisis Paro y Enfermedades

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3 - OJO que el que la escondió debe SER culpable de todo

Crisis y Paro

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Hace algunos años causó gran revuelo la aparición del viagra, ese famoso medicamento utilizado para tratar la disfunción eréctil. La pastilla azul parecía poner fin a la obsesiva búsqueda de un afrodisíaco efectivo. El viagra destronaría a los ostiones, el ging seng, los complementos vitamínicos, bombas de vacío, brebajes naturistas y demás inventos “para caballeros”, usados, ya sea para combatir la impotencia, o bien, par convertir al que los usa en una imparable máquina sexual, capaz de hazañas orgásmicas inimaginables.

De todo lo que se dijo sobre el viagra, llama especialmente la atención el que a la pastilla, se le atribuyera ser la causante de una nueva “revolución sexual”. Así, de acuerdo con los medios, una potente y feliz erección era comparable a una revolución. Disculpen el romanticismo, pero solía entender una revolución como el rompimiento de esquemas imperantes en una sociedad, pero no había pensado la revolución en términos de un pene flácido o erecto. Claro que quizá, ante esta erección con espíritu revolucionario, habrá quien salga con la idea de retomar el discurso feminista; Kate Millet señalo en los sesenta al varón que “orgulloso eleva su pene como cetro de poderío”. En estos términos, el viagra podría ser el instrumento de la contrarrevolución, mediante la cual, el macho desplazado por el movimiento de liberación femenina, retoma el espacio perdido. Pero incluso, bajo esta óptica, el término “nueva revolución sexual” era demasiado exagerado por dos razones: primero, porque sabemos que el viagra resultó ser tan sólo un fármaco que se vende con receta y es útil para ciertos casos; no hace falta decir que quienes lo toman no se convierten en super machos. Segundo, porque todo parece indicar que el hombre continúa ejerciendo su poder de dominación, aún cuando su cetro apunte hacia abajo.

Si en los setenta la revolución sexual significo el conocimiento de la vida sexual, las relaciones igualitarias y el desmoronamiento de los viejos tabúes, a finales de los noventa la “nueva revolución” se conforma con lograr que al impotente se le pare.

La historia del mundo bien se puede entender como un drama sexual, esto a pesar de que los historiadores tiendan a ignorar este aspecto fundamental. No es momento para hacer un repaso de la historia de las relaciones sexuales, baste con saber que el mundo occidental heredó de la tradición judeocristiana una moral rígida, inflexible y definitiva: el sexo, a pesar de Freud, fue un tema tabú hasta bien entrado el siglo XX. De hecho ¿no lo sigue siendo?

Sin embargo a finales de los sesenta el mundo se encontraba inmerso en una serie de cambios que parecían tocarlo todo: la sociedad, la política y desde luego el sexo. Nuestras ideas y modos de vida se abrieron paso en Europa y Estados Unidos; los adelantos en los medios de comunicación no tardaron en difundir estas nuevas ideas.

Así cobró fuerza la nueva ola feminista, encabezada por Kate Millet, Gloria Steinem, Juliet Mitchel y Germaine Greer, quienes de hecho piden una revolución, antes que la liberación de la mujer. Las feministas, analizan la relación entre sexos, desde un punto de vista político, y exigen que termine esta relación entre opresores y oprimidos. Millet lo resumió así “El sexo es un estatus con implicaciones políticas”. No nos olvidemos de las feministas radicales como las de SCUM (sociedad para eliminar a los hombres por sus siglas en inglés), dirigido por Valerie Solanas quienes proponían una especie de mundo lésbico, en el que el hombre no tenía cabida.
Como reacción a la guerra de Vietnam también aparecen los hippies, jóvenes inconformes que bajo la mística del amor incondicional, ensayan nuevas formas de establecer relaciones eróticas, surgen las comunas, el regreso a la naturaleza y el “el amor libre”. Los hippies proclaman “haz el amor y no la guerra”, claro que para hacer el amor había que saber por dónde, así que el sexo y sus misterios salen de las alcobas. En las librerías aparece un sin fin de literatura: Desde las historias cachondas de Xaviera Hollander (hoy más cándida que pornográfica), hasta aquellos manuales del tipo “Cómo hacer el amor a una mujer” “El Kama Sutra al alcance de la ama de casa”.

Por otra parte, los homosexuales también se organizaron, y como nunca antes decidieron salir a la luz. En 1969, una redada de la policía en un bar gay de Nueva York terminó en una revuelta; estos disturbios conocidos como los de Stonewall, fueron el inicio del movimiento de orgullo gay. Entre las demostraciones públicas de este movimiento destaca la ocasión en que un grupo de gays irrumpió en una reunión Asociación Americana de Psiquiatría (APA) justo cuando un panel discutía sobre la homosexualidad. La presión de estos activistas fue una de las causas que llevaron a la APA a borrar la homosexualidad de la lista de trastornos sexuales.

A los movimientos anteriores hay que sumar la aparición de la píldora, los métodos anticonceptivos no eran nuevos, de hecho su aplicación es una constante en la historia sexual de la humanidad. Sin embargo, es a finales de los sesenta, cuando la mujer que toma la píldora puede asumir el control de sus embarazos, y más importante, de su sexualidad. Las relaciones sexuales se gozan más al no existir ansiedad ante la posibilidad de quedar en cinta.

Feministas, hippies, el orgullo gay y la píldora marcaron una nueva forma de pensar –y ejercer- la sexualidad, es decir, comenzó la revolución sexual de los setenta. La revolución, más allá de los postulados sociopolíticos, trajo una serie de cambios espectaculares en la percepción común del sexo, al menos entre algunos sectores de la población. Para sorpresa o envidia de las viejas generaciones los jóvenes tenían una nueva cultura sexual: varios pecados dejaron de serlo; el fin de la pareja ya no es sólo la procreación y sí el goce sexual; los sexólogos aclaran que en la pareja, todo aquello que sirva al placer y a la comunicación es lícito; se cuestiona el carácter perverso de distintas expresiones de la sexualidad, así la “perversión” pasa a ser “conducta sexual desviada” y finalmente “expresiones conductuales”; la masturbación no produce ni locura ni calvicie, y por cierto, las mujeres también lo hacen; el cine porno “intelectualizado”, pero porno al fin, se pone de moda, al igual que sus protagonistas Marilyn Chambers, Linda Lovelace…

Sin embargo, los candentes años setenta tendrían que terminar algún día. La libertad sexual proclamada en aquella década se toparía de frente con el conservadurismo de los ochenta. El puritanismo del gobierno de Reagan acabaría con la fiesta setentera. La orden fue tajante: había que rescatar a los Estado Unidos de las garras de la lujuria y la amenaza roja.

Un ejemplo de aquella política es la lucha encarnizada en contra de la pornografía, o al menos lo que se entiende por ella. Así, el FBI afirmó que hay una relación entre la pornografía y el delito; claro que sabemos que para el FBI muchas cosas son muy malas.

A lo anterior hay que sumar la aparición de una nueva enfermedad: el sida. Para algunos, este padecimiento fue visto como un castigo divino ante el desenfreno sexual. No es de extrañar que la administración Reagan no tomara las medidas necesarias para controlar la epidemia, ya que se pensaba que era un mal exclusivo de los homosexuales.

III

¿Acaso el puritanismo de los ochenta puso fin a la revolución sexual? Sí y no. Por ejemplo, muchos de los hombres “liberados” de los sesenta y setenta al final revelaron su verdadero espíritu cursi y desconfían de la mujer liberada, ésta a su vez terminó agotada, ya que logró integrarse plenamente a la fuerza de trabajo, pero sin redefinir su papel de ama de casa y madre, esto sin mencionar que aún hoy existen enormes diferencias entre los sueldos que perciben, por el mismo trabajo, hombres y mujeres. Los homosexuales, pese a que su preferencia no es ya considerada un trastorno mental, aún continúan en la lucha por ser plenamente aceptados. ¿Y los hippies? Bueno, éstos se convirtieron en yuppies.

Lo anterior no pretende descalificar los innegables logros de la revolución sexual, por el contrario, es un hecho que después de ella, el comportamiento erótico no sería el mismo. Las viejas culpas que provocaba el goce sexual son sólo para quienes quieran echárselas encima y la búsqueda del orgasmo ya no se limitaría a la aburrida posición del misionero. Y si la aparición del sida parecía a muchos la respuesta divina a la revolución sexual, es gracias a ella, que se pudo hablar de la enfermedad, primero tímidamente y después de manera abierta. Las campañas de sexo seguro serían impensables en décadas anteriores a la revolución sexual. No en balde uno de los slogans de la campaña en contra de la enfermedad reza: Silencio=Muerte.

Algo parecido sucedió con los anticonceptivos; la popularidad de la píldora y otros métodos fue en aumento y ahora son de uso común, ya no más “Prudencia y la píldora”. Claro que no todo es miel sobre hojuelas, y sí, la vieja moral y los miedos continúan, pero están obligados a convivir con otro tipo de ideas.

Todavía falta mucho-especialmente en el tercer mundo- para que el sexo pierda por completo su halo de malignidad. Pero retomando al bendito viagra, si la “nueva revolución sexual” sólo se preocupa por lograr espectaculares erecciones es que quizá la primera revolución que logró su cometido y propició otro tipo de cambios que bien vale la pena disfrutar.

Maremagnum de Quisicosillas

lunes, 25 de agosto de 2008

LA PÍLDORA QUE DESNUDA. Por: RODRIGO DE ALBA

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¿QUIEN INVENTO EL BOTELLÓN?¿TIERNO GALVAN? del PSOE::http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3693644600973
564161#editor/target =post;postID=2167904116357739678

No hay pan para tanto Chorizo
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No hay pan para tanto Chorizo
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lunes, 25 de agosto de 2008

LA PÍLDORA QUE DESNUDA. Por: RODRIGO DE ALBA

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