miércoles, 11 de mayo de 2016

LA PIZARRA EN CABRERA ES CURIOSA: PARECE QUE TRABAJAN MÁS DE ORENSE QUE DE LEÓN

Y AL PARECER, DE LA BAÑEZA SALE, LOS DÍAS DE TRABAJO, UN AUTOBUS LLENO DE PIZARREROS, MIENTRAS EN CABRERA HAY MUCHO PARO

Y DICEN QUE AHORA HACEN MENOS HORAS EXTRA.

Un trabajador instala un tejado de pizarra en Ponferrada. - césar sánchez

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En el Bierzo y La Cabrera, al igual que en Valdeorras —su vecina gallega—, el verde de las montañas se mezcla con el tono grisáceo de las capas de pizarra. Una piedra que con el paso del tiempo se ha convertido en el principal motor económico para la zona y en una fuente de empleo y futuro que resiste, aunque con ciertas dificultades, los efectos de la crisis económica. En la provincia de León, la pizarra da empleo a más de 2.000 personas y en municipios como Puente de Domingo Flórez, Encinedo o Benuza, la mayor parte de la población vive de forma directa o indirecta de la actividad que generan estas canteras.
En los últimos años, el sector ha probado su fuerza tratando de mantenerse en pie con un escenario de fondo poco favorable. El parón que vive la construcción se ha reflejado en una bajada de las ventas y los mercados exteriores —donde se dirige la mayor parte de la producción — también han reducido su demanda. Además, al problema que supone que la piedra se acumule en los almacenes se une el hecho de que los costes de elaboración y transporte se han encarecido, entre otras cosas, por la subida del precio del combustible.
En esta situación, las empresas han reaccionado con bajadas salariales, reducción de las horas extra pagadas, expedientes de regulación de empleo e incluso despidos. El marco «no es el mejor», tal y como reconocen los alcaldes de la zona, que no obstante tienen claro que la pizarra juega un papel protagonista. Así, el regidor de Ponferrada, Carlos López Riesco, destacó que este sector es «fundamental e importantísimo» y fijó la atención en la «evolución de Europa», que considera clave para recuperar la estabilidad.
Por su parte, el alcalde de Encinedo, José Manuel Moro, subrayó los «grandes esfuerzos» que están llevando a cabo los empresarios por «mantener los puestos de trabajo» y recordó que cualquier sacrificio es poco para reforzar una actividad que es «el sustento principal para muchísimas familias». Una opinión similar a la que mantiene el primer edil de Benuza, Rafael Blanco.
De los 1.650 habitantes censados en Puente de Domingo Flórez, el 90% vive de la pizarra de forma directa o indirecta. Por ello, su alcalde, Julio Arias, reconoce que «si algún día fallara, lo pasaríamos muy mal, porque nuestra dependencia es total». Sin embargo, Arias cree que «no es un sector muy tocado por la crisis» y, pese a que reconoce que la actividad «ya no es lo que era», destaca que los empresarios muestran sensibilidad con sus vecinos. Por eso no duda que las canteras de pizarra tienen «futuro» y que para ellos es básico encontrar otras alternativas y usos para la piedra.
Lo que dice el obrero
Los trabajadores ofrecen la otra cara del sector, la más directa y que deja ver una cierta preocupación por el futuro que les espera. Roberto Rodríguez vive en Villamartín de Valdeorras (Orense) y trabaja en Pizarras La Baña (Enciendo) desde hace casi quince años. Con sólo 16 empezó a trabajar en la pizarra, primero como ayudante y ahora como labrador. En su opinión, el sector «está pasando un momento bastante malo», aunque reconoce que en Castilla y León «subsiste bastante bien». En su empresa afirma que la crisis no ha supuesto grandes problemas. «Se está pagando al día» y «no hay demasiado stock», celebró, aún siendo consciente de que la situación es mala y contemplando un horizonte de mejora en dos o tres años.
Una visión algo más pesimista es la que muestra José, vecino de Valdeorras y que trabaja en Pizarras del Carmen (La Baña). Lleva más de 30 años en el sector y afirma que «antes había trabajo para cualquiera y en cualquier sitio y ahora cuesta incluso mantener el propio empleo». Este trabajador se lamenta de que «las ventas están cada vez peor y los empresarios se ven obligados a hacer cada vez más recortes».
El convenio
El sector de la pizarra en Castilla y León tiene una cita clave el próximo día 16, con el inicio de las negociaciones de su nuevo convenio colectivo, en el que los empresarios ya se han mostrado partidarios de solicitar un ajuste salarial para —defienden— mantener la competitividad y evitar nuevos recortes en las plantilla. Además, pedirán también que los trabajadores se adapten a diferentes puestos.
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