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El Gobierno renuncia a construir los pantanos leoneses del Eria y del Duerna
CHD desvela que las presas proyectadas en 1930 no son viables porque no se han planificado regadíos que las justifiquen
El Plan Nacional de Regadíos se está revisando en Castilla y León para eliminar obras innecesarias
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ya está buscando una alternativa a la construcción de los pantanos de los ríos Eria y Duerna, a los que el Gobierno de Zapatero renuncia por su inviabilidad real y porque, a pesar de haber sido incluidos en el PHN del 2001 por el PP, nunca fueron presupuestados.
La presidenta de la administración que gestiona el agua en la cuenca del Duero, Helena Caballero, desveló que los embalses, proyectados por primera vez en 1930, fueron rescatados por los populares sin que, por otro lado, se reservase ni una sola hectárea de nuevos cultivos en el Plan Nacional de Regadíos que define la política hidráulica en el campo hasta el 2008.
Ambos pantanos, el de Sardonal y el de Cobanallo, fueron proyectados para embalsar algo más de 600 hectómetros cúbicos de agua, destinada, principalmente, a regar 16.500 hectáreas de nuevos regadíos. Además se contemplaba desviar parte del agua al abastecimiento de La Bañeza, sin que fuese necesario anegar ninguna población.
CHD ya ha solicitado un informe que revise el PNR en su totalidad para evitar proyectos innecesarios en Castilla y León, comunidad en la que no se actualizaron los datos incluidos después en el Plan Hidrológico Nacional que elaboró el gabinete de Aznar.
El Ministerio de Medio Ambiente ha dejado en manos de CHD la valoración técnica de las dos presas incluidas en el Plan Hidrológico Nacional, que también está siendo revisado «punto por punto» por parte de la nueva ministra, indicaron fuentes de su departamento.
Según datos facilitados por CHD, tras el periodo de información pública al que fueron sometidos hace años estos proyectos, ninguno de ellos ha superado el informe de impacto ambiental: la presa del Eria tendría que seguir una profunda adaptación para pasar este filtro burocrático y la del Duerna ni siquiera ha sido estudiada. En el primero de los casos, CHD está a punto de adjudicar un estudio que concrete las modificaciones que debe sufrir el proyecto para no vulnerar la directiva marco de la UE.
Al margen de su impacto como obra de ingeniería, la transformación que ha sufrido el campo en esta zona -apenas quedan agricultores y ganaderos- y la mejora en el abastecimiento de agua potable en Astorga y La Bañeza, poblaciones a donde estaba previsto desviar parte del agua embalsada, parecen no recomendar técnicamente los embalses. Al renunciar a su construcción, el Gobierno no se gastará los 66 millones de euros en que fueron valoradas las presas.
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