sábado, 20 de abril de 2013

FRANCO, GIBRALTAR Y EL EMBAJADOR INGLÉS

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3000 MENTIRAS PODRIDAS
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PSOE: AQUI HAY DE TODO COMO EN BOTICA Y NADA BUENO
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PSOE: AQUI HAY DE TODO COMO EN BOTICA
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Y NADA BUENO
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Amiguetes de "EL DON" Google
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CRÍA CUERVOS
JUNTARÁS
UN
PSOE
© Arturo Álvarez Martínez – 2013
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TITIRITERO
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La factoría de pobres

7 de Abril de 2013 - 13:50:34 - Luis del Pino - 13 comentarios

Cuentan que poco después de la Guerra Civil, y estando todavía inmersa Europa en la Segunda Guerra Mundial, el régimen de Franco organizó una manifestación ante la embajada británica en Madrid, para reivindicar la españolidad de Gibraltar.
Se pueden ustedes imaginar la escena: airados manifestantes increpando a los ingleses al grito de "¡Gibraltar español! "¡Gibraltar español!".
En un momento determinado, el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Serrano Súñer, llamó al embajador británico como gesto de cortesía: "Embajador, ¿quiere usted que le enviemos a la policía para proteger la legación diplomática". A lo que el embajador británico, haciendo gala de un humor típicamente inglés, contestó: "No hace falta. Bastaría con que no me enviara usted manifestantes".
En los últimos quince días, hemos tenido noticia de las copiosas lluvias que han azotado la Península Ibérica. Carreteras cortadas, puentes colapsados, un pueblo extremeño evacuado, dos muertos a consecuencia de las riadas... En Aragón, ha sido necesario activar el plan de emergencias, y las crecidas vividas desde el 16 de enero han hecho que los afectados soliciten la declaración de zona catastrófica. En la ciudad de Zaragoza, parte de la muralla medieval se ha derrumbado a causa de las fuertes lluvias y el viento.
Por supuesto, el exceso de agua en la cuenca del Ebro se ha solucionado como se soluciona siempre, año tras año: vertiendo el inmenso sobrante de agua en el mar. Solo en los últimos quince días, se ha vertido al mar un sobrante de 1300 Hm3, un treinta por ciento más que el trasvase anual previsto en el Plan Hidrológico Nacional derogado por Zapatero.
Para que se hagan ustedes una idea: esos 1.300 Hm3 desperdiciados permitirían obtener, llevados a invernadero, productos agrícolas por valor de entre 5.000 y 20.000 millones de euros, según el tipo de cultivo. Tomemos un valor intermedio, de 10.000 millones de euros y vamos a suponer que eso reportara al estado unos impuestos (entre IRPF, impuesto de sociedades, IVA y cotizaciones a la Seguridad Social), del 20% del precio de venta final. Eso quiere decir que habríamos desperdiciado, en solo quince días, la friolera de 2.000 millones de euros.
El agua en España está mal repartida. El sureste español tiene sol y un clima favorable a los cultivos, pero le falta el agua que, sin embargo, le sobra a otras regiones. El Plan Hidrológico Nacional pretendía crear las infraestructuras que hubieran permitido no tirar el agua al mar, y utilizarla para crear la riqueza que tanta falta nos hace.
Pero Zapatero se cargó aquel Plan Hidrológico, con la inestimable ayuda de dos sectores distintos: los nacionalistas (siempre dispuestos a causar daño a España y a los españoles) y la extrema izquierda, que aunque no tiene como objetivo primordial causar daño a los españoles, siempre se las arregla, por alguna extraña razón, para oponerse a cualquier intento de que España aproveche las riquezas que posee, ya sea el agua, el petróleo o el ocio.
Es a este sector de la extrema izquierda al que le quiero dedicar este editorial. Porque ahora, muchos de los mismos que tanto lucharon en su día para que se derogara el Plan Hidrológico Nacional y se continuara tirando el agua al mar, han enarbolado la bandera de la defensa de quienes están siendo echados de sus casas por la pobreza en que la crisis ha sumido a los españoles.
Pero resulta que con el dinero que hemos tirado al mar en solo quince días (es decir, con esos 2.000 millones de euros de los que hablaba antes) habría dado para cubrir con creces TODAS las hipotecas de los 15.000 desahucios de primera vivienda que ha habido en España desde el inicio de la crisis.
Permítanme esas personas, a las que presupongo buena voluntad, que parafrasee a aquel embajador británico y les plantee una pregunta que me tiene realmente intrigado: en lugar de dedicar vuestro valioso tiempo de activismo a ayudar a los pobres que hay en España, ¿no creéis que sería suficiente con que dejarais de contribuir continuamente a crear nuevos pobres?

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