martes, 26 de febrero de 2013

CORINA ENSALZADA POR FRAY JOSEPHO EN VERSO, COMO LA BIBLIA


La princesa Corinna
nos alborota
desde el diario El Mundo
de Pedrojota.
El periodista
se ha apuntado un buen tanto
con la entrevista.
Es Corinna princesa
por su apellido,
que lo heredó completo
de su exmarido.
Corinna zu
no sé qué no sé cuánto.
Fíjate tú.
Corinna es una experta
de gran rigor
en la muy lucrativa
caza mayor.
No es que me incumba,
pero pieza que ojea,
pieza que tumba.
A esta Corinna Etcétera,
que es alemana,
la conocemos mucho
desde Botsuana.
Pues la Corona
ha tenido sus tratos
con la teutona.
El monarca es su amigo,
muy entrañable.
Cualquiera se imagina
que así le hable:
"¡Ay, Cori, cari:
que ya no tengo el cuerpo
para el safari!".
Tal vez piensen ustedes
que no es tan fino
el presunto coloquio
que yo imagino.
Pues da alipori
pensar que le dijera:
"¡Ay, cari, Cori!".
El caso es que a Corinna,
que es generosa,
le pidió don Juan Carlos
alguna cosa.
Se puso tierno
y le rogó un currele
para su yerno.
Al final el currele
que era una ganga,
no le hizo mucha ilu
al pobre Urdanga.
Daba el perfil,
pero el sueldo era poco:
doscientos mil.
Pero es esta señora
tan cojonuda
que también al Gobierno
le prestó ayuda.
Y no está mal,
pues fue, según nos dice,
gratis total.
Me imagino al monarca:
"Corinna, cari,
¿quieres hacer un poco
de Mata Hari?".
Y ella: "Por ti,
yo haré lo que haga falta,
claro que sí".
Aunque luego parece
que alguna empresa
le pagó los servicios
a la princesa.
¡Una propina,
para lo que merece
nuestra Corinna!
Pero a mí me da pena
la pobre chica,
pues dice que ser rubia
le perjudica.
¡Que alguien nos cuente
si es rubia-rubia-rubia
completamente!

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