domingo, 30 de octubre de 2011

LAS DIPUTACIONES DE ANDALUCÍA ERAN LA PERVERSIÓN PERSONIFICADA


La Diputación de Sevilla: la perversión institucional, 5

En una breve historia sobre la perversión institucional de la Diputación de Sevilla no podía faltar un Chaves.





PEDRO DE TENA 2011-10-30
Y es que los Chaves son el símbolo y arquetipo del poder político andaluz durante dos décadas, el paradigma de la fuerza de la familia de sangre en la corrupción socialista. En este caso, nuestro protagonista es Leonardo Chaves, hermano del todopoderosoManuel, que de Andalucía voló a Madrid, ahora se ve más claro, con el objetivo de segar la hierba bajo los pies a un Zapatero en el que había dejado de confiar el partido de toda la vida, esto es, González y Cebrián, con Rubalcaba de muñeco. (Foto de ABC)

¿Por qué llegó Leonardo Chaves a Diputación de Sevilla? Desde muy joven se había significado como un hombre del deporte. Su afición al baloncesto, afición compartida por casi todos los Chaves, incluso la hermana, Chati, le había convertido en un personaje del mundillo. Nadie sabía nada de atletismo, ni de nada, porque España -salvo lumbreras aisladas-, no había sido casi nada en el deporte europeo y mundial. Sevilla necesitaba al deporte para salir de la dialéctica maniquea Sevilla y Betis y salir al universo olímpico.
Entrenador en 1984 del Medicina Oximper, equipo cofinanciado por Ayuntamiento y Diputación, ambos en manos del PSOE, Leo Chaves sufrió la llamada de la política y cuando su hermano viene a Sevilla a echar a Pepote de la Borbolla, consigue el puesto de Director de Deportes de la Diputación hispalense. Ya antes había sido el director del Cross de Itálica.

Pero la perversión vino luego. En 1995 el nuevo presidente de la Diputación, Alfredo Sánchez Monteseirín -les tiene que sonar- incluyó a Leonardo Chaves en su equipo directivo como pastor del predio de Deportes, uno de tantos cargos de confianza que desplazaban a los funcionarios de carrera en un proceso de politización inmisericorde de las instituciones.

Sólo dos años después saltó un escándalo que se venía fraguando desde hacía tiempo. ¿Cómo puede ser esto? Muy fácil. Los sindicatos de la Diputación, muy especialmente UGT, habían detectado las andanzas de Leo Chaves y alguna que otra empresa vinculada a su persona, que servía de amparo a sus socios reales en acontecimientos deportivos. Pero según obtuvieran o no peticiones y posiciones, lo contaban a los periodistas o no. A nosotros personalmente vinieron a vernos algunos sindicalistas de esta Diputación para ponernos sobre la pista de una empresa veterinaria donde, al parecer, se desviaba dinero del deporte sevillano. Pero nosotros no fuimos capaces de hallar el meollo de la cuestión. Lo consiguió por fin ABC, dos años después de los primeros balbuceos.

El día 18 de noviembre de 1997, con el PP en el gobierno de España y su hermano Manuel confrontándose con él desde Andalucía, el diario monárquico destacaba en su sección de Sevilla una crónica de Paloma Cervilla. Según ella, la Diputación de Sevilla había adjudicado contratos por importe de 180 millones de pesetas, poco más de un millón de euros, a empresas de personas vinculadas a Leonardo Chaves.

Se supo entonces que la Diputación venía adjudicando en los últimos años, es decir, desde que Leo Chaves comenzó a ejercer desde su cargo, distintos servicios del área de Juventud y Deportes por importe superior a los 180 millones de pesetas a sociedades de personas vinculadas con él mismo.

Y ABC disponía de la documentación. Estas adjudicaciones recaían con frecuencia en Aossa e Ibermeeting Sport, S.L, y S.A, en la que participaban Sebastián Abril y Miguel Ángel Monjas, respectivamente, vinculados, según la escritura del Registro Mercantil, a Leonardo Chaves en la sociedad «Urgencias Veterinarias. S.L».

Por sin salió lo de los veterinarios. La próxima semana contaremos cómo fue el caso. Pero hoy centrémonos en lo más aparente del procedimiento. De montar una empresa deportiva, muchos hubieran reparado en ella. De modo que la estrategia de la prudencia aconsejó montar una empresa de urgencias veterinarias donde podían compartir buenos ratos tras el sudoroso trance deportivo

Según constaba en el Registro Mercantil de Sevilla, tomo 874, libro 605, sección 3, folio 110 y en la hoja número 13067, Aossa estaba constituida, entre otros socios, por Sebastián Abril Martínez y su esposa, Elisa Pery Seco. Precisamente, Abril Martínez era socio de Leonardo Chaves en "Urgencias Veterinarias, S.L", que, a su vez, está vinculada a Miguel Ángel Monjas, a través de "Throwing, S.L", de la que era administrador, según el Registro Mercantil de Sevilla, tomo 2059, folio 45. ,

O sea, Leonardo Chaves era socio "veterinario" de dos personas a cuyas sociedades adjudicaba cantidades ingentes desde su puesto de director del Área de Deportes en la Diputación para la organización de eventos deportivos. Otra coincidencia.

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