del PP.
08:50 (26-06-2011) | 8
Por si la UE no tuviera suficiente con sus propias batallas, además tiene que lidiar con la debilidad de sus miembros. Grecia, Italia y España son los ‘apurados’ más visibles.
Por si la UE no tuviera suficiente con sus propias batallas, además tiene que lidiar con la debilidad de sus miembros. Grecia, Italia y España son los ‘apurados’ más visibles.
Macarena Lora. Bruselas
La crisis de la moneda común; la irrelevancia de la Unión Europea en la escena internacional; la decadencia de un proyecto que ha perdido la brújula. Los males que aquejan a Europa son muchos y variados, como lo son las miserias de los Gobiernos que conviven bajo el techo comunitario. Cuando los líderes acuden a Bruselas para tratar de poner la casa en orden, lo hacen después de haber escondido sus propios fantasmas bajo las alfombras de sus capitales. Pero tarde o temprano, los pecados de los Veintisiete acaban por salir a la luz.
Por si Europa no tuviera suficiente con sus propias batallas, ahora, además, tiene que lidiar con flaquezas de los miembros de su club. Desde el presidente invisible que representa a España en Bruselas mientras su país hace quinielas con la fecha en la que le echarán de su poltrona, hasta los excesos de un multimillonario Cavaliere, cuyos coqueteos con el mal gusto y el delito escandalizan en círculos diplomáticos europeos, la Unión de los Veintisiete está patas arriba.
Con el virus de la crisis económica infectando los debates nacionales y las turbulencias de la zona euro alimentando el descontento ciudadano, los Gobiernos forcejean para mantenerse en pie.Grecia, el epicentro de la última sacudida de la crisis, ha salvado por los pelos a su primer ministro,Yorgos Papandreou, en una cuestión de confianza, pero esta semana se juega a la ruleta rusa de las mayorías parlamentarias que su país reciba oxígeno exterior o sea condenado al abismo de una suspensión de pagos y posterior destierro de la zona euro. El Gobierno de España, por su parte, no logra pilotar al país hacia la recuperación económica, mientras su presidente en funciones agota un tiempo de descuento vital para enderezar el rumbo. Y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sigue siendo más requerido en los tribunales que en las urnas. Escándalos sexuales, abusos de poder y una peligrosa alianza con los federalistas de la Liga Norte son algunos de los fantasmas que amenazan el cuello del hombre más rico de Italia.
Tampoco los poderosos Angela Merkel y Nicolas Sarkozy pueden dormir a pierna suelta. A la canciller le han comido terreno los verdes por su errática política nuclear post-Fukushima, mientras que al galo lo acorrala el discurso xenófobo de la ultraderecha de Marine Le Pen. Porque en Europa, como en la novela de Tolstoi, las familias infelices lo son cada una a su manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario