La discusión no es entre franquismo y socialismo,
el franquismo fue una quimioterapia muy dolorosa y costosa,
y ni éste, ni el tumor
al cual este intentó erradicar
deben repetirse en un país moderno.
La diferencia es entre Schroeder y Merkel,
entre capitalismo democrático liberal
con capacidad para mantener estado de bienestar
contra anarquía sociata,
resentimiento segundo republicano,
leyes absurdas
y persecución al aparato productivo.
Es entre efectividad contra ilusionismo,
es entre productividad
contra subsidialismo esteril.
Es generación de empleo y estímulo a la iniciativa individual contra parasitismo clientelar.
Es control financiero
(la gente cree que los bancarios son de derecha,
que ilusos)
contra emisión de deuda y moneda inorgánica para financiar deficit público y cuando la cosa reviente que lo paguen los productores.
O sea...
Me maravilla que todo el mundo parece olvidar que uno de los grandes legados que dejó la dictadura fue esa tranquilidad que dió una legislación laboral en la que el trabajador tenía una seguridad en su puesto de trabajo que hoy es impensable.
Recuerdo que en las facultades de derecho se enseñaba que un empresario que cogía un trabajador era como si se casara con él y como no existía el divorcio....
Las relaciones laborales tenían un enfoque diferente, el empresario explotaba al trabajador, pero nadie recuerda aquellos barrios obreros que tantas grandes empresas construyeron para sus empleados y que hizo que nadie se tuviera que hipotecar para 30 o 40 años.
La gente cambiaba de trabajo con facilidad, iba donde le pagasen más.
Una muestra de ello es que al inicio de la democracia cuando el paro empezó a azotar a nuestro mundo laboral,
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