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JUAN CARLOS
28.2.2011 06:41h.
En mi concepto,
en el artículo hay un asunto que no es veraz o yo no lo vivo así.
Esta irrealidad no viene de la periodista, que nos cuenta el hecho amablemente.
El asunto concreto irreal es dar a entender que "el edificio en el que se trabaja hace más feliz al individuo que está allí".
La felicidad nos viene, o de que nuestra hija apruebe la selectividad, o de que nos llevemos finalmente mejor con nuestra hermana, o de que nos salga mejor el tocar la pieza de Mozart...
Aquella idea es como sentir que "el grifo, que se abre y sale agua, hace más feliz al individuo que lo hace".
Ambos conceptos "grifo" y "edificio" son meras cosas con las que tratamos, que serán más o menos gustosas.
Tiene algo que ver con "Ciudadano Kane".
Es muy verdad que en las escuelas de arquitectura nos enseñan y repiten hasta la saciedad que "el edificio da la felicidad", pero no por ello las personas lo viven así.
Desconozco si en las escuelas de fontanería enseñan a los alumnos que "la fontanería o el grifo dan la felicidad", pero tiendo a creer que no.
El hacer el edificio podrá suponer felicidad para el arquitecto, pero me parece que no para el individuo que lo usa.
Ambos "arquitecto" e "individuo" han tratado con el edificio de diferente manera.
Claro que, en general, hay veces que vivimos las cosas de tal manera que "las cosas nos dan la felicidad". Los sentimientos son complejos.
Sentir es complejo.
Con lo que respecta a lo demás del artículo, no añado nada.
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