miércoles, 4 de agosto de 2010

LAS CRÍTICAS AL PP POR EL ESTATUTO

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La clave para que se entienda el porqué de las críticas al PP en torno al Estatut (que es como se llama), de la que se entiende la actitud de fondo y forma de este partido, está en el penúltimo párrafo.

Cuando se dice que los ciudadanos pretenden imponer una concepción del Estado, y a éste como plurinacional, no se da cuenta que ha sido al revés:
la imposición durante muchos años de una concepción de España como radial y centralizada, uniforme, en contra de la plurinacionalidad histórica de nuestro país.

La herencia de dicha concepción (nacionalismo españolista) anida todavía en el PP y es defendida por la postura oficial del partido.

Por eso interpretan mal que al hablar de Cataluña y España el resto de partidos suponen dos realidades nacionales diferentes:
es no ver la diferencia existente que no niega la realidad española.

El PP todavía no se ha quitado de encima el lastre sociológico franquista que provoca que esté muy escorado a la derecha y provoque el roce en cuanto al sentido nacional en España.

Esto se demuestra en recurrir el Estatut y no otros estatutos ya vigentes en otras autonomías (es decir, diversidad). Su falta de de sensibilidad democrática es la que hace que perturbe la convivencia democrática y no unas ilusas estrategias para expulsarle de no se sabe dónde.

La postura de recurrir todo aquello que es legítimamente aprobado en el Parlamento, órgano de representación popular, es la acción a la que se han acogido cuando algo no les gusta.

Prácticamente todas las leyes y aprobaciones de peso las recurren sin cesar al Tribunal Constitucional lo que supone poner en entredicho lo que gestiona el Parlamento (es decir, el pueblo).

El Tribunal Constitucional está para dirimir jurídicamente pero no para dar coberturas políticas.

La insistencia en la "indisoluble nación española" y consideraciones tan fuera de sitio como el "subgénero" de los catalanes eran innecesarias a la par que aportan pistas sobre este proceso.

La sentencia está bien pero el proceso queda dañado por otra maniobra poco democrática del PP al bloquear dicho Tribunal y presionar a su favor.

Por último cabe ver que en la Constitución se expone la palabra "nacionalidades" y existe como contrapeso al obligado artículo de la "indisoluble" nación española impuesto por las derechas en aquel momento, aspecto este que no aparece en ninguna Constitución de otro país.

Todo esto es representativo del poder que los orígenes del PP tuvieron en la conformación de los órganos democráticos actuales y de la Constitución, la mentalidad de derechas y simpatizante del franquismo, y explica porqué se centran en agitar banderas cuando solamente se habla de gestión autonómica.

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