jueves, 12 de agosto de 2010

CALÇAPEUS ¿Y POR QUÉ FRANCO NO Y OTROS PEORES SI?

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Bueno, a lo que íbamos. Decíamos arriba que este individuo de verbo florido, García Oliver, llegó a fungir durante la guerra civil como ministro de Justicia bajo el gobieno del pacífico Francisco Largo Caballero. Como lo oyen: de Justicia. Aquello fue como fichar a Cristina Almeida para ser relaciones públicas de Corporación Dermoestética... pero tampoco nos extraña... conociendo el devenir de la II República Española. Claro, así también se explica uno que durante el tiempo que Oliver ocupó el despacho ministerial fueran asesinados más cristianos, por el hecho de serlo, que en tiempos del emperador Diocleciano. No me pregunten cómo hizo un anarquista para adecuar sus principios al ejercicio del poder, porque mis noches no dan para tanto, pero conste que no se trató del único caso. A Federica Montseny le pasó lo mismo. Muy ácrata y muy ministra, la señora.
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