viernes, 28 de mayo de 2010

CRISIS: ¿CON EL PAÍS TAN BONITO Y DIVERSO QUE TENÍAMOS?

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HUNDIMIENTO de una nación: porque la economía -y posiblemente el Estado-nación y su democracia, odiados por el liberalismo económico, la izquierda parasitaria, nacionalistas, inmigración, sobre todo mora, etc- va a saltar por los aires -ahora ya seguro con el Estatut- arrastrada por la burbuja inmobiliaria –piden meter mano al fondo de pensiones, y luego dicen que falla el sistema-, por la burbuja crediticia – en EEUU, mucho más listos, empaquetaron las hipotecas basura y las vendieron a todo el mundo, aquí los tuercebotas irresponsables de Bancos y Cajas de Ahorros, pesebre de politicastros, endeudados hasta las cejas, nos han llevado a un pozo sin fondo-, y su asociada inmigratoria -¿a quiénes iban a vender los pisos, a los marcianos?-; porque si ya en época de efímera bonanza constituía una tiranía y un problema innecesario, ahora con la crisis venida de fuera –burbuja inmobiliaria e inmigratoria asociada en EEUU, exactamente igual que aquí: metieron 45 millones de inmigrantes más 12 mill sin papeles- y explotada dentro, el efecto de este mal llamado fenómeno va a ser insostenible y va a poner el país al borde del abismo. Los pilares que han sustentado este asalto a la soberanía popular han sido excusas perfectas arropadas por incesantes campañas de intoxicación: reformas laborales, lo que conlleva la sustitución legal del trabajador español por esclavos y su consigna rastrera: “es que no quieren trabajar” -en EEUU culpaban a los negros de no querer trabajar-.” No quieren tener hijos”: para ello indirectamente a los jóvenes españoles se les advierte que su esperma es peor y que no tienen tanta fuerza física como los de fuera; que los traen de fuera por nuestro bien, lo que constituye un racismo sangrante, un genocidio encubierto y un odio a lo autóctono sin precedentes. Un filón para el libre movimiento de droga y el novedoso tráfico de órganos.
Uno o dos millones hubiera sido aceptable, porque todos no íbamos a ser albañiles ni recogehortalizas, ni vendimiadores, pero diez millones de personas que han entrado –y siguen entrando pese a la crisis y paro-; si se ahogan mejor para las mafias y esclavistas, publicidad gratuita-, o los han dejado pasar sin control, de los que solamente cotizaban un millón ochocientos mil; pongamos otro millón entre niños y ancianos, y el resto ¿a qué se dedicaban?; ¿qué pasa que los trabajos que decían no queríamos los españoles tampoco los querían ellos?; ¿verdaderamente creen que eran los que iban a pagar las pensiones? El empleo es un bien escaso, y la inmigración es un anacronismo puesto al día por el liberalismo económico, por la izquierda demagógica y radical, los nacionalistas, las ONGs y ciertos sectores religiosos, ****bados. Por tanto la culpa no la tienen los inmigrantes, no, salvo los que han venido a delinquir, parasitar y hacer la vida imposible, la culpa la tienen los anteriormente mencionados.
Una locura. Quedaremos a merced, los que logremos sobrevivir, de bandas y terroristas, del caos y el saqueo, mientras que todos éstos se irán al recuento de su dinero en los paraísos fiscales. La Nación, el Estado, el país, roto, en parte en repúblicas islámicas independientes, balcanizado. Con el país tan bonito y diverso que teníamos…

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