Es un poquito larga pero esta carta circula por la red desde hace un par de años.
Carta anónima a nuestros hermanos ausentes.
Queridos hermanos que no llegasteis a nacer porque os trituraron vivos por si acaso molestabais en sus vidas.
Somos algunos de los supervivientes y queremos que sepáis que siempre habéis estado y estaréis en nuestros corazones.
Somos los que crecimos sin vuestra compañía y sin vuestra protección de hermanos mayores, o los que no pudimos cuidar de vosotros, nuestros enanos chiquitines.
Muchas noches nos dormimos con los ojos llenos de lágrimas pensando en vosotros y con miedo, con mucho miedo, porque es realmente imposible estar seguro del amor de gente capaz de hacer lo que hicieron contigo.
La verdad es que en cierto modo no os habéis perdido gran cosa porque menudo panorama que tuvimos nosotros, los supervivientes de la masacre.
Con nuestros padres muchas veces divorciados y dando ejemplo de egoismo infantil, llenos de inseguridades y remordimientos. Incapaces de aceptar la soledad y siempre necesitados de un consuelo que sólo puede salir de dentro cuando la conciencia está limpia y el alma fuerte.
Mañana cumplo quince años.
Tú tendrías dieciseis y medio.
Te echo mucho de menos y siempre estarás en mis pensamientos más hondos.
No sabes cómo espero el día en que sea mayor y todos nosotros, los que hemos sobrevivido, podamos ver cómo devolvemos a nuestros antepasados el favor que nos han hecho de masacrar al 25% de nuestra generación y dejarnos a nosotros todos sus pufos.
Yo soy muy vengativa y con toda la razón del mundo porque un universo darwiniano, como bien dice Herkules, no puede permitir que esta golfería se propague y destruya todo.
A pesar de todo me siento muy desgraciada y no se por qué Dios nos ha castigado naciendo de esa generación maldita y criminal.
A veces preferiría estar con vosotros Hasta pronto.
sábado, 29 de mayo de 2010
CARTA AL HERMANO AUSENTE, AL QUE NO LLEGÓ A NACER
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31.Belén Mendieta| 30/May/2010 | 09:54:40h
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