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nostrum dijo el día 23 de Enero de 2010 a las 15:36:22:
Lógicamente, la empresa francesa, conoce nuestra situación, y sabe que no hemos hecho nada con respecto al tema. Llevamos años dejándolo pudrir. El tiempo ha pasado, y firmar otro contrato por un número fijo de años almacenando un volumen determinado de residuos, tiene un precio, acorde con el conocimiento de las circunstancias. No firmar un contrato por un periodo determinado, sino que les pagaremos hasta que nos vaya bien que ellos nos gestionen nuestros residuos, tiene otro precio muy distinto. Determinante también dicho precio no sólo por no fijarse un tiempo y un volumen, sino por ser también ellos, conocedores de nuestras circunstancias.
Ya es hora que los medios de comunicación, especialmente, los que no están abonados directamente al pesebre, pongan el tema sobre la mesa de forma clara y continua, dejándonos ya de tanto oscurantismo y de hacerle el juego al sectarismo partidista, sea del color que sea.
Lo que aquí se publíca, es conocido ya desde hace mucho tiempo, y es la realidad de no afrontar la cuestión por demagogias e intereses partidarios y sectarios en este tema, igual que en otros muchos.
Han pasado los años, dejándose pudrir el tema. Ahora, con la inoperancia absoluta de tres esferas, -administración central, autonómicas y locales-, veremos como se discierne sobre los puntos geográficos estratégicos más adecuados para el establecimiento de un Centro de Gestión y Almacenamiento de Residuos Radiactivos de Alta Intensidad.
Esto debe de obedecer a criterios científicos y geológicos prioritariamente, no al pasteleo de taifas, políticos, partidos, alcaldes y otros mamoneos.
A los señores periodistas de LD, les recomendaría que llamen a las cosas por su nombre, y no contribuyan a más demagogia y más oscurantismo con respecto a los residuos radioactivos. Dichos residuos, están vivos, y lo vivo, no suele estar en cementerios. El cementerio, se asocia con muerte.
Las instalaciones y lugares donde son tratados, acondicionados y almacenados, bien temporalmente o definitivamente dichos residuos, son Centros de Tratamiento y Gestión de Residuos Radioactivos.
Fíjense ustedes en los amigos de lo "políticamente correcto", incluso para referirse a los terroristas, criminales, asesinos y sus cómplices, y lo muy interesados en la utilización subliminal del lenguaje para referirse a según que temas, incluido el que nos ocupa. No caigan ustedes en la trampa.
Ya es hora que los medios de comunicación, especialmente, los que no están abonados directamente al pesebre, pongan el tema sobre la mesa de forma clara y continua, dejándonos ya de tanto oscurantismo y de hacerle el juego al sectarismo partidista, sea del color que sea.
Lo que aquí se publíca, es conocido ya desde hace mucho tiempo, y es la realidad de no afrontar la cuestión por demagogias e intereses partidarios y sectarios en este tema, igual que en otros muchos.
Han pasado los años, dejándose pudrir el tema. Ahora, con la inoperancia absoluta de tres esferas, -administración central, autonómicas y locales-, veremos como se discierne sobre los puntos geográficos estratégicos más adecuados para el establecimiento de un Centro de Gestión y Almacenamiento de Residuos Radiactivos de Alta Intensidad.
Esto debe de obedecer a criterios científicos y geológicos prioritariamente, no al pasteleo de taifas, políticos, partidos, alcaldes y otros mamoneos.
A los señores periodistas de LD, les recomendaría que llamen a las cosas por su nombre, y no contribuyan a más demagogia y más oscurantismo con respecto a los residuos radioactivos. Dichos residuos, están vivos, y lo vivo, no suele estar en cementerios. El cementerio, se asocia con muerte.
Las instalaciones y lugares donde son tratados, acondicionados y almacenados, bien temporalmente o definitivamente dichos residuos, son Centros de Tratamiento y Gestión de Residuos Radioactivos.
Fíjense ustedes en los amigos de lo "políticamente correcto", incluso para referirse a los terroristas, criminales, asesinos y sus cómplices, y lo muy interesados en la utilización subliminal del lenguaje para referirse a según que temas, incluido el que nos ocupa. No caigan ustedes en la trampa.
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