-
El mundo del arte sigue movilizándose en defensa de una de sus manifestaciones más genuinas: el toreo, o la Lidia, como Luis Eduardo Aute prefiere llamar. Considera que prohibirlo es una "barbaridad" y pregunta qué hacer con las obras de Goya, Picasso, Lorca, Welles... dedicadas a la Tauromaquia. (Volver)
-
-
punt dijo el día 12 de Enero de 2010 a las 18:51:49:
Me parece dificil convencer a los antitaurinos de que el toreo, la lidia, la tauromaquia o la FIESTA NACIONAL (que también lo es, sr. Aute) es un ARTE y una manifestación de profunda CULTURA.
Digo que me parece dificil convencerles porque para apreciar el arte del toreo (o cualquier otro arte) hay que tener sensibilidad, que es casualmente de lo que carecen esa patulea de bárbaros retrógrados antitaurinos.
Y conste que lo de "bárbaros" se deduce de su propia afirmación: si "Prohibir la Lidia es una barbaridad", entonces "los intentos de prohibirla son indicios de barbarie y quienes los protegonizan son bárbaros".
En este sentido, quisiera que no me venga nadie a señalar que "el rechazo del toreo proviene de la sensibilidad herida del antitaurino" (dicho sea con éstas o con otras palabras), porque eso no es más que confundir sensibilidad con sensiblería, conceptos ambos opuestos entre sí. La sensibilidad del aficionado es un sentimiento culto, maduro, elevado, sutil y profundo mientras que la sensiblería del antitaurino es necia, infantil, chabacana, basta y superficial.
Naturalmente, en oposición a la respetuosa postura del aficionado, que sólo quiere que le dejen tranquilo disfrutando de su afición (y quien no guste de ella no tiene por qué asistir), está la totalitaria postura del antitaurino, empeñado en prohibir a los demás lo que no les gusta a ellos. Una muestra más del "talante" antitaurino.
Un saludo.
Digo que me parece dificil convencerles porque para apreciar el arte del toreo (o cualquier otro arte) hay que tener sensibilidad, que es casualmente de lo que carecen esa patulea de bárbaros retrógrados antitaurinos.
Y conste que lo de "bárbaros" se deduce de su propia afirmación: si "Prohibir la Lidia es una barbaridad", entonces "los intentos de prohibirla son indicios de barbarie y quienes los protegonizan son bárbaros".
En este sentido, quisiera que no me venga nadie a señalar que "el rechazo del toreo proviene de la sensibilidad herida del antitaurino" (dicho sea con éstas o con otras palabras), porque eso no es más que confundir sensibilidad con sensiblería, conceptos ambos opuestos entre sí. La sensibilidad del aficionado es un sentimiento culto, maduro, elevado, sutil y profundo mientras que la sensiblería del antitaurino es necia, infantil, chabacana, basta y superficial.
Naturalmente, en oposición a la respetuosa postura del aficionado, que sólo quiere que le dejen tranquilo disfrutando de su afición (y quien no guste de ella no tiene por qué asistir), está la totalitaria postura del antitaurino, empeñado en prohibir a los demás lo que no les gusta a ellos. Una muestra más del "talante" antitaurino.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario