miércoles, 30 de septiembre de 2009

CAAMAÑO ES EL ÚLTIMO DE LA SAGA, PERO DESDE GUERRA, EL PSOE HA TRATADO DE DOMINAR LA JUSTICIA Y PARECE CONSEGUIDO: MUCHO POLVO EN LA TOGAS, DEMASIADO

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28 | Patxi | 29/9/2009 - 14:29h

Los socialistas fueron quienes comenzaron a cargarse el juego democrático, respetuoso entre los políticos hasta que entró Alfonso Guerra con sus insultos a Suárez de ser un ladrón (tahúr del Misssipipi, le llamó). Hombre, que se acuse de fullero a quien venía de poner las cartas encima de la mesa, de acceder a pretensiones que otro proveniente del falangismo no hubiera consentido, incluida la legalización de partidos socialfascistas como el PSOE, el PCE, PSP, EE y otros similares, de promover un estado de autonomías absolutamente innecesario (café para todos) y de abrir la puerta al enemigo de la democracia occidental, es un sarcasmo. El PSOE entró en el juego para cargarse la democracia y el Estado de Derecho (Montesquieu ha muerto, sentenció Alfonso Guerra, al ver que a España no la iba a reconocer ni la madre que la parió, Guerra dixit).
Dicen que no hay que juzgar a las personas por su aspecto, y que la cara es el espejo del alma, yo me guío más bien por esta última verdad, comprobada personalmente a lo largo de mi ya dilatada vida. El aspecto de González y de Guerra, agitanado, presagiaba malos tiempos para España y que nos encontrábamos en manos de quinquis, de vendedores de quincalla, de charlatanes de feria acompañados de trileros y de la banda de hurtadores de carteras en las aglomeraciones, con venta de rosas rojas por gitanas en el tumulto, mientras sus gitanos vigilan la zona por si llega la pestañí. El anterior ministro tenía aspecto siniestro, pero creo que el actual le supera, con creces, su aspecto es muy siniestro, pero que muy siniestro. Da miedo pensar en qué manos está la Administración de Justicia y el sistema penitenciario, y la policía, porque no sólo está Caamaño, por Interior está Pérez Rubalcaba, el portavoz del Gobierno de Mister X que estuvo implicado en asesinatos con torturas y cal viva; casi nada al aparato: insultos, desaparición del Estado de Derecho, asesinatos de Estado, apropiación masiva de fondos públicos, incluidos fondos de huérfanos y viudas, mentiras constantes y compra de votos.
Bueno, pues esta delincuencia no sólo no se persigue, sino que nos gobierna, porque se perpetúan en el poder no sólo con las urnas, sino a través del sindicato no elegido democráticamente, cuna de socialistas radicales que viven del pan que tienes que racionar a tus hijos para mantener a todos estos millones de delincuentes. Vivir a costa de otro no es sino una forma de delincuencia, por mucho que compren los votos que les permiten seguir robando.

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