En España, estamos más o menos acostumbrados a que nos mientan sin que nadie se sorprenda ni tenga intención de reaccionar. Nos olvidamos rapidamente de las promesas electorales. Asi fue en las pasada elecciones que Zapatero prometió el pleno empleo y la contención de los impuestos, pero ni lo uno ni lo otro. En unos meses, tenemos 4 millones de parados y ahora acaba de anunciar subidas impositivas (eso si limitadas y temporales, cosa imposible) desde que juró que no lo haría: no sólo eleva, pues, el grado de burla contra los españoles, sino que, sobre todo, despeja cualquier duda sobre si nos mitió (es decir, de si era consciente en su momento de que no estaba diciendo la verdad). Eso si, dirá que la oposición tiene la culpa por no apoyar sus propuestas. Es como si estuvieramos ante el suicida con el que estamos intentando razonar para que no salte al vacio y nos agarra para que lo acompañemos en el salto.
Por muy limitada y temporal que se diga que va a ser la subida de los impuestos, difícilmente un déficit público como el español, que teminará el año en torno al 10% del PIB, va a poder contrarrestarse con incrementos tributarios poco apreciables. Va a ser otro parche a costa del bolsillo de los contribuyentes que aún generan riqueza. Cada vez pagarán menos personas y malvivirán mas de los subsidios y limosnas de este gobierno. Todo por no querer aplicar el sentido común en temas de economia y tratarla con dogmas ideólogicos obsoletos. Esto va a ser una espiral de la que dificilmente podremos salir, incluso años despues de la lógica aunque no cercana desaparición de este nefasto gobierno.
Por ponerlo en perspectiva, la recaudación de IRPF en 2008 fue de 70.000 millones y el 10% del PIB son 100.000 millones de euros. Por consiguiente, necesitaríamos incrementar la recaudación del impuesto de la renta más de un 100% para eliminar nuestro galopante déficit público si es que el Gobierno no se decide a recortar drásticamente el gasto y acometer las reformas necesarias para quitar trabas a la creación de nuevos puestos de trabajo. Nada dijo sobre la necesidad perentoria de la reducción de los gastos públicos, empezando por el despropósito del actual sistema autonómico con sus 17 parlamentos y gobiernos con sus respectivos consejeros, asesores, guardaspaldas, coches oficiales, choferes etc. que hacen que junto con los mas de tres millones de funcionarios mas los cuatro millones de parados hacen inviable seguir adelante por este camino.
En definitiva, la hipócrita trayectoria de Zapatero, unida a la dramática realidad, bien parece sugerir que estamos ante un nuevo embuste socialista cuando se nos insinúa que el aumento de las cargas públicas no será muy sustancial. Pero entonces, si es verdad que finalmente Zapatero sólo incrementa los impuestos de manera moderada y no consigue equilibrar el presupuesto reduciendo el gasto, tengamos presente que el déficit público restante supondrá impuestos más elevados en el futuro, que limitarán la creación de riqueza con lo que la subida tendría poco de temporal. En cualquier caso, pues, el presidente del Gobierno recurre a la mentira para esconderse de la realidad.
Puede que el engaño suene como música celestial para muchos, pero tarde o temprano tendrán que apechugar con las consecuencias de ese irracional apego al Pais de las Maravillas que pregona Zapatero.
50 | veintidos3 | 29/8/2009 - 19:42h
Ilimitados, indefinidos...... e insostenibles
Aumento de impuestos
@ Xavier Carrió http://veintidos3.spaces.live.com/
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En España, estamos más o menos acostumbrados a que nos mientan sin que nadie se sorprenda ni tenga intención de reaccionar. Nos olvidamos rapidamente de las promesas electorales. Asi fue en las pasada elecciones que Zapatero prometió el pleno empleo y la contención de los impuestos, pero ni lo uno ni lo otro. En unos meses, tenemos 4 millones de parados y ahora acaba de anunciar subidas impositivas (eso si limitadas y temporales, cosa imposible) desde que juró que no lo haría: no sólo eleva, pues, el grado de burla contra los españoles, sino que, sobre todo, despeja cualquier duda sobre si nos mitió (es decir, de si era consciente en su momento de que no estaba diciendo la verdad). Eso si, dirá que la oposición tiene la culpa por no apoyar sus propuestas. Es como si estuvieramos ante el suicida con el que estamos intentando razonar para que no salte al vacio y nos agarra para que lo acompañemos en el salto.
Por muy limitada y temporal que se diga que va a ser la subida de los impuestos, difícilmente un déficit público como el español, que teminará el año en torno al 10% del PIB, va a poder contrarrestarse con incrementos tributarios poco apreciables. Va a ser otro parche a costa del bolsillo de los contribuyentes que aún generan riqueza. Cada vez pagarán menos personas y malvivirán mas de los subsidios y limosnas de este gobierno. Todo por no querer aplicar el sentido común en temas de economia y tratarla con dogmas ideólogicos obsoletos. Esto va a ser una espiral de la que dificilmente podremos salir, incluso años despues de la lógica aunque no cercana desaparición de este nefasto gobierno.
Por ponerlo en perspectiva, la recaudación de IRPF en 2008 fue de 70.000 millones y el 10% del PIB son 100.000 millones de euros. Por consiguiente, necesitaríamos incrementar la recaudación del impuesto de la renta más de un 100% para eliminar nuestro galopante déficit público si es que el Gobierno no se decide a recortar drásticamente el gasto y acometer las reformas necesarias para quitar trabas a la creación de nuevos puestos de trabajo. Nada dijo sobre la necesidad perentoria de la reducción de los gastos públicos, empezando por el despropósito del actual sistema autonómico con sus 17 parlamentos y gobiernos con sus respectivos consejeros, asesores, guardaspaldas, coches oficiales, choferes etc. que hacen que junto con los mas de tres millones de funcionarios mas los cuatro millones de parados hacen inviable seguir adelante por este camino.
En definitiva, la hipócrita trayectoria de Zapatero, unida a la dramática realidad, bien parece sugerir que estamos ante un nuevo embuste socialista cuando se nos insinúa que el aumento de las cargas públicas no será muy sustancial. Pero entonces, si es verdad que finalmente Zapatero sólo incrementa los impuestos de manera moderada y no consigue equilibrar el presupuesto reduciendo el gasto, tengamos presente que el déficit público restante supondrá impuestos más elevados en el futuro, que limitarán la creación de riqueza con lo que la subida tendría poco de temporal. En cualquier caso, pues, el presidente del Gobierno recurre a la mentira para esconderse de la realidad.
Puede que el engaño suene como música celestial para muchos, pero tarde o temprano tendrán que apechugar con las consecuencias de ese irracional apego al Pais de las Maravillas que pregona Zapatero.