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PARÍS.- La Confederación Sindical Internacional ha organizado la primera Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Sindicatos y diversas organizaciones interesadas en promover este objetivo en todo el mundo coinciden en la necesidad de una movilización global, una noción ampliamente impulsada y defendida por el director de la Organización Internacional del Trabajo, Juan Somavia.
¿Qué significado tiene para la OIT esta Jornada Mundial por el trabajo decente?
"Desde la OIT respaldamos esta iniciativa y la manera en que la Confederación Sindical Internacional pone de relieve esta noción, que constituye la principal demanda democrática del mundo de hoy, que es el trabajo decente. Con esta jornada y otras iniciativas, está surgiendo en el mundo un movimiento por el trabajo decente, tal como existen por el medioambiente, la igualdad de género o los derechos humanos, los cuales han han desempeñado un papel fundamental en la generación de conciencia y también en la acción politica y la legislación".
¿Cómo se inserta esta noción de 'trabajo decente' en el actual contexto de la crisis financiera?
"La precariedad ya existía en Europa antes de la crisis y, probablemente, se acentúe con la crisis financiera y la recesión, que seguramente afectará al empleo. El riesgo es concentrarse en resolver la crisis financiera y, una vez superada, declarar victoria. Existía una crisis anterior a la crisis, que es la de un modelo de globalización que devaluó la dignidad del trabajo y que pensaba que el mercado era capaz de resolver todos los problemas. Sin embargo, podemos utilizar esta crisis para ir mas allá de simplemente restablecer la confianza en el ámbito financiero, y esbozar una nueva gobernabilidad de la globalización. Colocando la finanzas en su papel tradicional, que es el de 'lubrificar' la economía real. El ser humano es más importante que el capital".
La declaración de la OIT adoptada en la Conferencia de junio de este año va en ese sentido, cuando precisa que el trabajo no es una mercancía. ¿Por qué razón?
"Precisamente, se trata de un concepto muy importante, el trabajo no es una mercancía ni el ciudadano es sólo un consumidor; dimensiones a las cuales a veces se les reduce. Desde el punto de vista económico, existe efectivamente un mercado laboral pero para el ser humano, el trabajo es fuente de dignidad personal, es fuente de estabilidad, es factor de cohesión social. No podemos reducir el trabajo a su dimensión puramente mercantil, es la razón por la cual la OIT dice que el trabajo no es una mercancía sino un bien social. Y esta Jornada Mundial espera ponerlo de relieve".
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