viernes, 29 de agosto de 2008

RAJOY: SU ABUELO COMPAÑERO DE CASTELAO

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De la Red, pude ser de Anasagasti?

Recuerdo cómo Xabier Arzalluz solía contar que le había llamado poderosamente la atención que en un debate preelectoral en la televisión gallega y estando en el set todos los candidatos, Rajoy se había negado a hablar en gallego, participando en el debate en castellano.

Aquello, lógicamente, le había causado una mala impresión y recuerdo cómo cuando firmamos el pacto con el PP en la sede del partido en 1996 y fuimos a cenar a un reservado del Jockey, Aznar, Rato, Oreja y Rajoy por el PP y Arzalluz y yo por el PNV, Arzalluz se lo comentó. “Tienes razón, le dijo Rajoy, pero es que yo no se el suficiente gallego para hablarlo en público”. Recuerdo que comentó esto, ante un atento Aznar, diciendo además que su abuelo había sido un activo galleguista. Como lo fue el de Aznar en el PNV.

La vivencia se me había olvidado hasta que le leí a Manuel Rivas en El País una columna hablando de cómo una biografía sobre el abuelo de Rajoy estaba parada en algún almacén. Al poco, el libro se sacó a pasear y Rajoy reivindicó a su abuelo Enrique. Hace quince días en Pontevedra acudió a la presentación del libro sobre Enrique Rajoy Leolup, uno de los más destacados impulsores del Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936, cuyos postulados –y aquí está el morbo para algunos- chocan frontalmente con muchos de los argumentos que defiende el jefe del PP.

El volumen, cuyo autor es el historiador Baldomero Cores, hace un exhaustivo repaso de la vida y obra de Rajoy Leolup, abogado nacido en 1882 que desarrolló casi toda su carrera en Santiago de Compostela. Allí fue profesor de Derecho Civil, decano del Colegio de Abogados y, desde 1931, concejal electo en el Ayuntamiento compostelano. Su perfil conservador no le impidió ganarse la simpatía de liberales y galleguistas, con los que sumó fuerzas para redactar un texto estatutario que fue refrendado en las urnas el 28 de junio de 1936, apenas 20 días antes del comienzo de la Guerra Civil.

Tras la contienda, el abuelo de Rajoy fue inhabilitado para ejercer cargos públicos y hasta 1952 no fue autorizado a regresar al Decanato, del que estuvo al frente hasta su muerte en 1966. El Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento conserva hoy día los documentos empleados en la preparación del Estatuto, que escondió en la bodega de su casa a pesar del riesgo que suponía ocultar esa información en la dictadura.

Todos esos recuerdos pasaron por la mente de Mariano Rajoy, que en esta oportunidad sí utilizó el gallego para leer algunos pasajes textuales de la obra “Enrique Rajoy Leloup. Un protagonista do autonomismo galego”. El líder popular definió a su abuelo como “un centrista de la época y un independiente contumaz”, y además destacó de él que era “un moderado, un demócrata, un liberal” que creía en el consenso. “Pero por encima de todo –señaló- Rajoy era una gran enamorado de Galicia, un gran autonomista. Creo que si viese la Galicia de hoy estaría orgullos de nuestra autonomía y pensaría, seguro, que todo lo que hizo tenía sentido y valía la pena”.

Para Mariano Rajoy, el gran objetivo de su abuelo fue “la conquista del régimen autonómico” para lo que eran necesarios “unos poderes locales fuertes y bien organizados”.

No tengo elementos de juicio para opinar sobre el abuelo galleguista de Rajoy, pero estoy seguro que, si era como dicen, estaría hoy con el BNG y no con un PP que mantiene un discurso tan rancio sobre las autonomías.

Así como la nieta de Franco se la pasa bailando no estaría nada mal que Rajoy sacara a pasear más a su abuelo.
Si la sombra de FAES no fuera tan alargada, seguro que lo haría.

Y hasta mejoraría su gallego.

http://periodismoincendiario.blogspot.com/2006/11/rajoy-tambin-tena-abuelo.html

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