lunes, 23 de junio de 2008

LOS RICOS CADA VEZ MAS RICOS Y AL CONTRARIO

ABC.

Los 500 más ricos tienen más dinero que los 416 millones más pobres.

El siglo XXI amenaza con disparar las desigualdades entre ricos y pobres» es no sólo un titular de impacto, sino la conclusión más descorazonadora del informe elaborado por Oxfam Internacional y escrito por Duncan Green.

A pesar de que, como se ha dicho más de una vez, hay recursos para todos, mil millones de almas subsisten cada día con un 4 por ciento de la riqueza global, no en vano los ingresos de las 500 personas más ricas del mundo son superiores a los ingresos de los 416 millones más pobres.

La economía global produce cada año cerca de 9.550 millones de dólares en bienes y servicios per cápita, 25 veces más de los 365 dólares que definen la pobreza extrema en la que sobreviven mil millones de seres. Valga para hacer más visibles los desniveles un dato extraído de «Hierba alta. Historias de paz y sufrimiento en el norte de Uganda», el libro que acaba de publicar José Carlos Rodríguez Soto con Mundo Negro.

El precio de un derribo
En 120 millones de dólares evaluó en noviembre de 2003 Jan Egeland, subsecretario de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, el coste de garantizar un mínimo de asistencia a los dos millones de desplazados en el norte de Uganda por las acciones del Ejército de Resistencia del Señor. Ese mismo año, un mes antes, Rodríguez Soto había sido invitado a dar unas charlas en la Universidad de Connecticut, Estados Unidos.

El campus estaba en obras y preguntó por el presupuesto para tirar y rehacer un «viejo» edificio de 30 años: 120 millones de dólares.

Duncan Green asegura que «el incesante incremento de los precios de los alimentos y de los carburantes está marcando una nueva era de escasez.

A menos que actuemos rápidamente, la brecha entre los «que tienen» y los «que no tienen» crecerá sin control, exacerbando las desigualdades existentes y condenando a millones de personas más a la pobreza».

Para Gonzalo Fanjul, director de investigaciones de Intermón Oxfam,
«ahora está más claro que nunca que la única forma de acabar con las flagrantes desigualdades que han condenado a la miseria a más de mil millones de personas es a través de unaredistribución profunda de poder, bienes y oportunidades»

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La Razón

La riqueza del mundo, cosa de 500

Los ingresos del medio millar de personas más ricas del planeta son superiores a los de casi el 20% de la población

Dos de cada diez niños no cumplirán los cinco años

Un estudio de Intermon Oxfam alerta de que las desigualdades crecen.
«Hay recursos, pero mal repartidos»,
señala.

Los ingresos de las 500 personas más ricas del planeta son superiores a los de 416 millones de personas pobres, según el libro «De la pobreza al poder» editado por Intermón Oxfam, en el que se pone de manifiesto que «hay recursos para todos, pero están mal repartidos»

La prueba es que 1.000 millones de personas subsisten cada día utilizando sólo el cuatro por ciento de la riqueza global. No en vano, la economía global produce cada año cerca de 9.550 millones de dólares en bienes y servicios per cápita, 25 veces más de los 365 dólares anuales que definen la pobreza extrema en la que viven 1.000 millones de personas.

Llegar a los cinco años
Esta desigualdad «determina que un niño o niña llegue a cumplir los cinco años de vida dependiendo del entorno en el que nazca», explica la organización.

Así, un niño nacido dentro del 20% de los hogares más pobres de Gana o Senegal tiene entre el doble o el triple de posibilidades de morir antes de los cinco años, que otro nacido dentro del 20 por ciento de los hogares más ricos.
El libro repasa ésta y otras realidades de los desajustes en el mundo mientras desafía la creencia de que el desarrollo de los países más pobres depende únicamente del comportamiento de los más ricos.
Según la tesis del autor, Duncan Green, el desarrollo «sólo ocurre de abajo arriba, es decir, con sociedades y ciudadanos activos y con Estados eficientes que garanticen la seguridad y el cumplimiento de la ley, y que sean capaces de promover un crecimiento económico que beneficie a todos».

Así, el autor plantea ejemplos gráficos sobre cómo ha habido Estados en la historia que le han dado la vuelta a su realidad de miseria:
«Hace 50 años, Corea del Sur era más pobre que Sudán. Hoy es líder industrial»;
Sri Lanka, «un país considerado de ingresos medio bajos, tiene una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del mundo».
Sin embargo, no suele hacerse bien.
«A pesar de que las exportaciones de América Latina se incrementaran de los 96.000 millones de dólares en 1981 hasta los 752.000 millones en 2007, el número de pobres (los que viven con menos de dos dólares al día) se incrementó de los 136 millones a los 209 millones entre 1980 y 2005», expone el trabajo. «El incesante incremento de los precios de los alimentos y de los carburantes está marcando una nueva era de escasez», afirma Green.

Esta noticia fue dada, así, por dos periódicos, ABC y La Razón.

Y yo sólo digo que las cosas se tuercen cuando nadie tiene una voluntad decidida para que no se tuerzan y si si se incrementaron las exportaciones de America Latina en tropecientos millones de euros y se incrementaron en 73 los millones de pobres, es porque alguien se lo ha llevado crudo, o sea lo de siempre.
Pero ya vamos siendo mayores para impedir que eso suceda.
Y hay muchos organismos para controlarlo.
Pero ¿Quien vigila al vigilante?

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