Truchas en el Porma
Fray Josepho
-
Al final,
Zapatero,
que no iba a irse de vacaciones
–por la crisis, decía–,
sí se ha tomado unos días de asueto
que ha empleado, entre otras cosas,
para ir a pescar truchas al río Porma,
en tierras de León.
El balance de la jornada de pesca,
según cuenta El Mundo,
ha sido perfectamente descriptible:
cero truchas.
En las riberas del Porma
los álamos acurrucan
el dulce rumor monótono
de las aguas impolutas.
Bajo el cristal de un remanso,
cual tornasoles que ondulan,
plácidamente conversan
dos encantadoras truchas.
Las truchas carecen, claro,
como fluviales criaturas,
de nombre propio o de pila,
pues entre ellas no se usa.
Sin embargo, en mi romance,
para allanar la lectura,
a la mayor de las dos
he dado en llamarla Úrsula
y a su amiga, más pequeña,
le he puesto el nombre de Obdulia.
Una charla subacuática
entablaban ambas truchas
en su lenguaje truchaico,
de traducción peliaguda.
Mas, tras espinoso estudio
e investigación profunda
(nótese en los adjetivos
el suave tono de zumba),
traduzco a lengua española
lo que en su cháchara húmeda
decían las dos amigas
que allí buceaban juntas.
— ¡Qué agradables hoy las aguas,
mi queridísima Úrsula!
— ¡Y qué mansa la corriente
que nos envuelve e inunda!
— ¿Te acuerdas ayer? ¡Qué risa,
qué cachondeo, qué burlas!
Cuando el tipo de las cejas
hundió sus piernas flacuchas
en el curso cristalino
del agua que nos arrulla
y, provisto de aparejos,
intentó probar fortuna
echando el anzuelo al agua
con esa carnada inmunda
y meneando su caña
de una manera tan burda
que ni la más mentecata,
ciega, borracha o estúpida
de todas las componentes
del colectivo de truchas
habría jamás picado
con artimaña tan chusca.
— Tienes razón, compañera.
Qué técnica más obtusa
la del flacucho de marras.
Pero has de saber, Obdulia,
que luego, al caer la noche,
cuando brillaba la luna,
por el sendero, a la orilla
del recodo de las nutrias,
allí donde los humanos
algunas veces deambulan,
un humano transeúnte
le hablaba a una traseúnta,
mientras yo, en un recoveco,
permanecía a la escucha.
Y le decía que el tipo
de las cejas puntiagudas...
¡no es otro que el presidente
del país que nos circunda!
— ¡No me lo puedo creer!
¿Que es presidente ese chuflas
que se tiró todo el día
chapoteando entre espumas,
resbalándose en las piedras,
haciendo el canelo, en suma,
y no sacaría un pez
ni utilizando un bazuca?
— Exacto, querida amiga:
no cabe ninguna duda.
¿No te fijaste en que ayer
hubo más guardias que nunca
vigilando los remansos,
los meandros y a las curvas?
— Pues ya que lo dices, sí.
¡Qué cosas que pasan, Úrsula!
Recuerdo que me contaba
mi abuelita Cunegunda
que antes de que yo naciera,
en época muy vetusta,
también vino aquí un sujeto,
bajito y con malas pulgas,
llamado el Generalísimo,
al que le trajeron truchas
de la piscifactoría
metidas en una cuba,
y las echaron al río,
mareadas y confusas,
para evitar que el baranda
se fuera sin sus capturas.
— ¡Qué simples son los humanos,
estimadísima Obdulia!
— Desde luego que en España
la simpleza sí que abunda,
porque que a un tipo torpón,
giliflautas y tarumba,
no le piquemos nosotras,
es normal, pues somos truchas,
pero que haya once millones
que le pican en las urnas
es una cosa tremenda,
¿o no estás de acuerdo, Úrsula?
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COMENTARIOS
en lenguaje "logseril" habría que decir que "progresan uds. adecuadamente".
Pero olvidando las soplapolleces de la izmierda, les concedo MATRÍCULA DE HONOR a los dos, ambos inclusive, que decía el "culto" del psoe.
Aunque me veo en la obligación de advertirles que no son once millones de truchas, sino de focas: están con el agua al cuello y todavía aplauden.
Un saludo.
vacacionando el nieto del abuelo,
su caña en ristre y cebo en el anzuelo,
prueba suerte en la pesca de la trucha;
le es esquiva Fortuna, que no es mucha
ni poca, más bien nula, pese al celo
que en ello pone, y tanto desconsuelo
siente que a Dios sus quejas desembucha:
“¡¿Por qué, Gran Arquitecto, me maltratas,
por qué me hiciste torpe y desmañado
y en toda disciplina deportiva
mis múltiples intentos desbaratas,
si del deporte sabes que he tomado
la mayor posición gubernativa?!”
Sonetillo de Mohamed VI
Ya sea rey, ya sea sultán,
no es más que un chulo de playa
Mohamed, es un canalla,
un nauseabundo rufián,
un mafioso y un patán,
un bribón donde los haya
que como un gallo se engalla
pero es un orangután.
Pues ante este tiranuelo,
Moratinos, el Borbón
y ZP (el del abuelo)
sienten tan hondo canguelo
que se ensucian el calzón,
que así de cobardes son.
*****************
¿Qué es lo que tiene o sabe el alauita?
¿qué hilos mueve el tirano magrebí
que siempre Moratinos le da el “sí”
y le teme el orate monclovita?
¿Él tiene información sensible y guita
con las que quiere hacer pronto al ceutí,
igual que al melillense, marroquí,
y del Sáhara el caso se repita?
¿Por qué le alaban tanto los sociatas,
defensores ayer del Polisario,
por qué le ríen siempre sus bravatas
y le inciensan con pródigo incensario,
con servilismo vil y papanatas,
rastrero, adulador, turiferario?
******************
Y el romance corregido y aumentado:
El sultán de la morisma
¿qué le dará a ZP?,
y al ministro Moratinos
¿qué le dará Mohamé?
(con ese acaso le basten
bananas y cacahués,
pues parece tal ministro
un obeso chimpancé),
este Sexto (no es Camilo)
¿qué le dará a nuestro rey?
¿les dará grandes montañas
de goloso y vil parné?
¿les paga con cortesanas
de piel de seda y satén,
o con efebos ambiguos,
como era Miguel Bosé?
¿o les da lujosas villas
en Rabat o en Marrakech,
como la que tiene en Tánger
el ex-presidente Glez.
(quien también tiene en Pozuelo
un minúsculo chalé)?
¿o les paga con silencio
en torno a ya sabéis qué
(eso que empieza por 11
y acaba por una E),
pues tal vez si canta acalle
incluso a la Caballé?;
de otro modo no se explica
que sean tan buenos con él,
por mucho que yo lo busco
no le encuentro otro porqué
a que cedan ante el moro
que reina allá en el Magreb
estos maestros consumados
del más burdo paripé.
Mas no seáis tan mal pensados,
deberíais tener fe,
¿es que no escucháis la Sexta?
¿es que no escucháis la SER?
¿no leéis el diario Público,
que es más rojo que el PCE,
ni las loas al monarca
que hace siempre el ABC?
¿de El País no sois lectores
en papel o en internet,
desoyendo a Federico
y a su gente de LD?
no oigáis a los aguafiestas
políticos del PP
y aún menos a Rosa Díez
y a sus chicos de UPyD,
que lo que hace cada uno,
cada uno de esos tres,
es por el bien de la patria,
es sólo por nuestro bien,
y quien lo niegue es un facha,
un neofranquista ¡pardiez!
al que habría que quitarle
de demócrata el carné.